una hermosa epopeya sobre el ambientalismo

«Avatar, el significado del agua» es una parábola sobre el medio ambiente para los humanos en el siglo XXI. Más allá de la belleza de sus efectos especiales y las críticas a su excesiva duración, hay un mensaje claro que todos debemos integrar…

Última actualización: 26 de diciembre de 2022

James Cameron es, sin duda, el Leonardo Da Vinci del cine. Pocos han llevado la innovación tecnológica y la narrativa al cine de esa forma. Títulos como Alien, Terminator o Titanic son un claro ejemplo de ello. Tampoco podemos ignorar que nadie ha manejado tan bien el fascinante universo del agua en todas sus formas.

En 1989 nos regaló Abyss, una película en la que un equipo de buzos colabora con la Marina para encontrar un submarino nuclear hundido. Allí, en las profundidades del océano, toman contacto con una extraordinaria raza de extraterrestres cuyo propósito es salvar a la raza humana de sí misma. Un mensaje, una idea, que terminará de plasmar en la primera parte de Avatar en 2009.

Porque, si hay un concepto que siempre ha definido a James Cameron en sus películas, es la importancia de transmitir la conciencia medioambiental. Y, de hecho, hay quienes lo tildan de sentimental, predicador e incluso idealista. Sin embargo, nadie puede negar su maestría en esta difícil labor de entretener al público mientras intenta transmitir un mensaje…

“La Gente del Cielo nos ha enviado un mensaje: que pueden tomar lo que quieran. Que nadie los puede parar. Bueno, les enviaremos un mensaje: ¡no pueden tomar lo que quieren! ¡Y que esta… esta es nuestra tierra!”

-Jake Sully-

Avatar nos invita a amar el mundo tal como es, sin alterarlo, conectando con la esencia de la Madre Tierra.

Avatar 2: viaje al mundo acuático de Pandora

Avatar, el sentido del agua Es la primera película que James Cameron dirige en 13 años. Durante ese período, las producciones con CGI (imágenes generadas por computadora) han sido una constante. Quizás, por ello, más de uno se preguntó si el gran maestro de los efectos especiales sería capaz de sorprender al gran público trayendo, ni más ni menos, que una secuela.

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Y de hecho, lo ha hecho. La película es un hito en la evolución de la tecnología de efectos visuales en el medio acuático. Su éxito de taquilla es innegable y tiene más de una papeleta para estar entre los Oscar. Sin embargo, más allá de su fascinante puesta en escena, no han faltado voces críticas e incluso campañas de boicot.

¿La razón? Lo analizamos.

«Nuestra gran madre no toma partido, Jake, ella protege el equilibrio de la vida».

-Neytiri-

La historia de siempre, pero más refrescante

Avatar 2 nos devuelve a su anterior protagonista, el marino Jake Sully. El cuerpo que antes manipulaba mentalmente es ahora su único vehículo físico. Vive feliz con su pareja, Neytiri, criando a sus hijos, algunos de los cuales son adoptados. Es un Na’vi más y también uno de los mejores guerreros insurgentes en la lucha contra los colonizadores.

La armonía no dura mucho en el idílico mundo de Pandora, pues la misión colonial de la humanidad resurge para socavar la paz.. En su intento desesperado por sobrevivir, Jake y su familia deben abandonar el bosque para unirse a otro clan. Son Na’vi de un color azul más claro, con aletas y ictiosaurios con alas montadas. Son la gente del mar, los que les enseñarán el camino del agua.

en este viaje deben aprender otras reglas, otras formas de conectarse con la naturaleza, como lo es establecer una relación simbiótica con una extraordinaria ballena, Tulkum. De esta forma, si los bosques de Pandora ya nos parecían una experiencia sensorial inolvidable, sumergirnos en estos suntuosos universos marinos nos eleva a otra dimensión. El camino del agua es otro edén en el que nos encantaría vivir.

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Pandora y algunos colonizadores que le sirven de espejo

En Avatar 2 Pandora nos cautivó aún más que en la primera parte. Sus bosques bioluminiscentes, sus depredadores de seis patas, sus flores, sus criaturas marinas, la belleza de los arrecifes… El espectáculo pone los pelos de punta y emociona, pero si hay algo que James Cameron quiere con sus últimas películas es para invitar a una conciencia obligada.

Esta producción es toda una epopeya al mundo natural, a esa Madre Naturaleza que en Pandora llaman Eywa. En cambio, nuestra humanidad es el verdadero enemigo de sí misma y de todos sus ecosistemas. Si hay algo que aprendemos de los Na’vi es cómo siempre encuentran la conexión con la energía de su planeta. para restablecer el equilibrio y la armonía. Dimensiones que hemos roto y violado.

Es cierto que, hasta el momento, aún no hemos colonizado un planeta de alienígenas azules. Sin embargo, la carrera para encontrar nuevos metales fuera de la Tierra ya ha comenzado. Solo tenemos que pensar en figuras como Elon Musk, Jeff Bezos o Donald Trump, que en numerosas ocasiones han hablado de la necesidad de poner en marcha esta carrera que nos convertiría en nuevos colonizadores.

“Los Na’vi dicen que cada persona nace dos veces. La segunda vez, es cuando te ganas tu lugar entre la gente… para siempre.”

-Jake Sully-

Ecologismo y boicots cinematográficos

Entendemos el ambientalismo como aquel conjunto de prácticas que nos permite conectarnos con un escenario o ecosistema sin alterarlo, velando en todo momento por su equilibrio y conservación. Esto es lo que aprendemos en Avatar 2. Además, James Cameron eleva el ecologismo a esa espiritualidad desde la que ver un planeta como una deidad. Un ser superior que nos acoge y nos da vida.

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Al ver a los Na’vi es inevitable pensar en todos aquellos pueblos que por culpa del colonialismo y el imperialismo fueron arrasados. Su cultura, su forma de vida y hasta sus tierras fueron saqueadas para borrar todo lo sagrado, todo lo que era auténtico y también estaba en armonía con la tierra misma. América, África, Australia… Hay muchas Pandoras en nuestro propio mundo.

Sin embargo, son varias las voces que se han levantado en contra de Avatar 2. James Cameron es criticado por su arrogancia inconsciente y por estar, una vez más, contando la historia de la colonización desde la perspectiva del hombre blanco.

Aunque la secuela comienza en los bosques de Pandora, la acción se traslada a los arrecifes y al mundo del agua.

Un espectáculo con valores firmes

Nadie niega que Avatar 2 es un espectáculo de tecnología. Sin embargo, no tiene ningún parecido con las producciones clásicas del universo Marvel, donde el sensacionalismo lo domina todo. Los Na’vi nos sirven de avatar y de espejo para ver el reflejo de nuestra propia humanidad y lo que, sin duda, no debemos perder de vista.

Más allá de recuperar nuestra conexión con la naturaleza y el respeto por el medio ambiente, también nos habla del amor y la familia. También del liderazgo, de la unión de los pueblos y hasta de la fuerza de las mujeres. Ronal, la líder tribal embarazada, y Neytiri son otro ejemplo más de esos personajes creados por Cameron que, como la teniente Ripley o Sarah Connor, son difíciles de olvidar.

En esencia, las tres horas de duración pueden resultar excesivas para muchos. Para otros, es un viaje que pasa en un suspiro y nos deja con ganas de volver de nuevo a Pandora. Aunque la producción de la tercera parte de Avatar ya está en marcha.

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Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!

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