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Los súper pronosticadores no son 100% precisos con sus pronósticos, pero tienden a acercarse bastante. Al contrario de lo que muchos piensan, suelen ser personas anónimas, de mente muy abierta y muy metódicas a la vez.
Última actualización: 30 de junio de 2022
Por regla general, nos gusta la información que nos da una mejor idea de lo que sucederá en el futuro. Así, podemos tomar como recompensa o refuerzo aquello que reduce la incertidumbre. Para ello, unos acuden a su sentido común, otros al horóscopo y muchos más simplemente esperan y confían. Por otro lado están los súper pronosticadores, un grupo de pensadores que asombran con su capacidad de visualizar el futuro.
Los súper tipsters no son adivinos ni tienen poderes excepcionales. Se trata de personas comunes y corrientes que han encontrado la forma de adentrarse en diferentes fenómenos, conocerlos a fondo y establecer qué les sucederá en el futuro. ¿Cómo lo hacen?
Esa fue la pregunta que se hizo Philip Tetlock, un psicólogo canadiense, en 1987. Entonces parecía que la guerra nuclear iba a estallar en cualquier momento. Por ello, Tetlock se dedicó a recopilar las proyecciones realizadas por los expertos y tiempo después descubrió que habían fallado. En cambio, muchos otros sujetos anónimos sí habían podido prever lo que sucedería: los súper pronosticadores. Veamos de qué se trata todo esto.
«Para los súper pronosticadores, las creencias son hipótesis a probar, no tesoros a guardar».
-Philip Tetlock-
Los súper pronosticadores tienen una habilidad especial para profundizar y analizar fenómenos y predecir lo que les sucederá en el futuro.
Un seguimiento revelador
En 1987, Phillip Tetlock comenzó la nada fácil tarea de compilar proyecciones de 300 expertos.. Se trataba, en general, de personas que aparecían en televisión o que escribían para publicaciones de prestigio. Intelectuales de esos a los que todo el mundo consulta cuando hay dudas sobre un determinado asunto.
Al final, y pensando que se adelantaba a varios súper tipsters, Tetlock consiguió recoger la nada despreciable cifra de 27.500 proyecciones. Luego hizo lo más difícil: esperar. Dejó pasar 18 largos años y durante ese lapso estuvo contrastando los pronósticos de los expertos con la dura realidad.
Encontró lo temido, y al mismo tiempo esperado: los golpes eran pocos y débiles, mientras que los errores eran la nota común. Lo más llamativo es que cuanto más famosos y notorios eran los pronosticadores, menores eran sus éxitos. ¿Significaba esto que nadie podía predecir eventos con suficiente grado de validez?
El señor repite
Para 2011, Tetlock estaba listo para un experimento más ambicioso. Esta vez reunió a un total de 20.000 analistas. A algunos les dio información sobre los métodos disponibles para hacer proyecciones. A otros los entrenó en el cálculo de probabilidades. Mientras unos tenían que trabajar solos, otros tenían que hacerlo en grupo.
A todos ellos se les realizaron preguntas sobre eventos geopolíticos de interés.. Por ejemplo, una posible incursión armada en Irak o el futuro económico de Grecia. El trabajo conjunto fue bautizado como Proyecto Buen Juicio.
El investigador descubrió que el entrenamiento y la capacitación habían hecho que muchos mejoraran sus predicciones. Asimismo, el trabajo en equipo dio mucho mejores resultados que el trabajo individual. Sin embargo, la constante permaneció: los grandes expertos no pudieron prever suficientemente los hechos.
De todos modos, esta vez hubo individuos que fueron clasificados como súper pronosticadores. Tanto Tetlock como otros académicos plantearon una pregunta: ¿cómo lo hacen? La respuesta hasta ahora Tiene que ver con el tipo de pensamiento que emplean..
Los súper pronosticadores ven un fenómeno desde diferentes ángulos.
los viejos zorros
El filósofo Isaiah Berlin escribió un ensayo en el siglo XIX en el que dividía a los intelectuales en dos grupos: erizos y zorros. Los primeros vieron el mundo a través de una teoría o una doctrina; este fue el caso de Platón, Marx y Hegel entre otros. Los zorros, por otro lado, son eclécticos y les gusta colocarse en diferentes perspectivas. analizar un fenómeno. Este fue el caso de Shakespeare, Aristóteles y Balzac, entre otros.
Todo demostraba que los súper tipsters eran zorros de la red. No apostaban por una sola carta, sino que les gustaba acudir a múltiples modelos para ver el fenómeno desde diferentes ángulos. Eran escépticos, cautelosos y escrupulosos en sus afirmaciones. Por la misma razón, no eran famosos. Estas personas no son expertas en el espectáculo.
¿Qué tenían en común los súper pronosticadores? Algunas cosas como estas:
- Manejaron bien las estadísticas y las probabilidades.
- Tenían una gran capacidad reflexiva. Es decir: analizaron sus propios análisis y tardaron un poco más en sacar conclusiones.
- súper revisores. Los súper tipsters revisan una y otra vez lo que ellos mismos plantean, buscando un error.
- Grandes investigadores. Los súper pronosticadores se sumergen completamente en el tema en cuestión. Investigan a fondo como paso previo a todo su trabajo.
- Saben desaprender. No están casados con teorías, doctrinas o conclusiones. Saben identificar novedades que cambian el panorama. También logran despegarse de modelos que no muestran eficiencia.
Está claro, entonces, que los súper pronosticadores Son personas que hacen un uso intensivo y comprensivo de sus capacidades intelectuales. También son personas muy metódicas.. A ese grupo pertenecía Roger Babson, el intelectual que anunció el crack de 1929 en Estados Unidos contra lo que decían los grandes economistas de su época.
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