¿Qué hay en la mente de alguien que hace ghosting?

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¿Qué hay en el universo mental de alguien que decide terminar una relación sin decir nada? ¿Es narcisismo? ¿Es para evitar un enfrentamiento? Lo cierto es que a veces hay motivos que incluso nos resultan del todo comprensibles. ¡Descubrir!

Última actualización: 05 septiembre, 2022

La estrategia es la siguiente. Cuando ya no me interese tener una relación con una persona, dejaré de responder a sus mensajes. Haré como que no existe para que, poco a poco, se dé por vencida y deje de comunicarse conmigo. La eliminaré de mis redes sociales y fingiré que nunca fue parte de su vida. Desapareceré sin dejar rastro ni explicación.

Esta es la estrategia sutil y recurrente del «fantasma». Esta práctica, que ahora conocemos por su nombre anglosajón ghosting, define una forma silenciosa de terminar una relación, ya sea de amistad o de pareja. Así, y si bien es cierto que esta práctica siempre ha existido, hoy en día y gracias a los escenarios digitales se vuelve más fácil y habitual.

Tanto es así que estudios como los realizados por LeFebvre et al., 2019; Timmermans et al., 2020, nos dicen que entre el 60 y el 70% de los adultos han tenido una experiencia de este tipo. Los expertos destacan que, en promedio, este comportamiento aparece en relaciones de corta duración, donde no siempre existe un compromiso claro. Aunque esto, obviamente, no justifica el acto en sí.

Ante estas realidades tan comunes hoy en día, la pregunta es… ¿Qué diablos hay en la mente de un fantasma?

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En general, las personas con un apego evitativo y a las que no les gusta la cercanía emocional tienen más probabilidades de convertirse en fantasmas.

La persona fantasma es atormentada por un sinfín de preguntas sobre por qué esa persona no responde y ha desaparecido.

Esto es lo que está en la mente de los que hacen ghosting

La mayoría de nosotros tenemos un amigo que un día nos llama al borde de la desesperación. Han conocido a alguien que les ha gustado, estaban felices y emocionados y, de repente, esa persona deja de contestarle el móvil. Se conocieron en una app de citas, tuvieron una cita o dos con sus respectivas noches, y de un día para otro se ven los mensajes.

Y no solo eso. Ya no aparecen en sus redes sociales y los audios y mensajes del buzón de voz quedan en el limbo, en el agujero negro del silencio perpetuo. Entonces nuestro amigo nos pregunta sobre… ¿Y si le pasara algo? No es fácil asumir que uno es víctima de un fantasma, y ​​hasta que uno no se da cuenta de ello, las preguntas no dejan de suceder.

Ahora bien, hay otro dato no menos interesante. El fenómeno del fantasma es una calle de doble sentido. Es decir, muchos de los que han sufrido las consecuencias de un abandono sin explicaciones, también han hecho lo mismo alguna vez. Esto nos hace deducir que Quienes utilizan esta estrategia saben que su comportamiento es incorrecto y que genera sufrimiento. Pero aún así lo hace…

¿Qué hay, por tanto, en la mente de los que hacen ghosting?

un apego evitativo

Como bien sabemos, nuestra relación con nuestros cuidadores muy a menudo orquesta el tipo de relación que construimos como adultos. R) Sí, Es muy probable que muchos de estos «fantasmas» muestren un apego evitativo. En otras palabras, estamos ante personalidades que manejan mal la intimidad emocional y rara vez logran construir relaciones profundas y duraderas.

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Aquellos que prefieran evitar el compromiso y la cercanía afectiva pasarán toda su vida construyendo vínculos frágiles.

tríada oscura de la personalidad

En la mente de quienes hacen ghosting puede estar la tríada oscura de la personalidad. Un estudio como el de Jones y Paulhus, 2014, nos recuerda que estas personas muestran rasgos de narcisismo, maquiavelismo y psicopatía. Estaríamos, en determinados casos, ante hombres y mujeres que instrumentalizan a otros.

Por lo general, inician una relación de amistad o de pareja para obtener algunos beneficios. Cuando ya no hay interés o dejamos de serles útiles, procedemos a lo que ya sabemos: desaparecer sin decir nada. Igualmente, No podemos ignorar la baja empatía de estos individuos.

Prefieren priorizar lo fácil y rápido

En esta sociedad dominada por la inmediatez y los lazos líquidos o frágiles, es común que las relaciones duren poco tiempo. No todo el mundo está dispuesto a esforzarse por cuidar esa amistad, esa relación. Se busca refuerzo inmediato, los intereses cambian rápidamente y lo que no gusta se descarta para «saltar» a otro estímulo/persona más interesante.

Muchos de los que hacen ghosting prefieren no complicarse la vida y moverse solo por intereses.

Ser y actuar como un fantasma relacional te permite evitar conflictos, tener que comunicar, confrontar y algo aún más revelador: desarrollar la autoconciencia. Rara vez reflexionan sobre el impacto de sus acciones.

Mala comunicación y la necesidad de evitar la confrontación directa

Recursos psicológicos claramente inmaduros navegan en la mente de alguien que fantasmas. Carecen de inteligencia emocional y no siempre son buenos comunicadores. No saben expresarse asertivamente y evitan a toda costa el enfrentamiento. Siempre es más fácil desaparecer que tener que decirle a alguien que ya no tienes ningún interés en él o ella.

Son perfiles carentes de autoconciencia, es decir, de capacidad de reflexión sobre sus propios actos.. Para ellos, siempre será mejor actuar por impulso que detenerse a meditar y reflexionar.

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Muchos de los fantasmas dan por hecho que la otra persona tarde o temprano comprenderá que su silencio se debe a que ya no desea mantener esa relación.

En la mente de quienes hacen ghosting se supone que estas prácticas están normalizadas

El papel de las nuevas tecnologías en las relaciones ha hecho que la práctica del ghosting se normalice. No es solo una estrategia rápida para cortar relaciones. Es una forma de comunicación encubierta, una práctica que, si bien ya existía, ahora es como un mensaje silenciado pero evidente.. Si no te respondo, hazte a la idea de que te eliminé de mi vida porque no me interesas.

¿En qué situaciones puede ser lícito actuar como “fantasma”?

A menudo se dice que quienes practican el ghosting carecen de las habilidades sociales y emocionales adecuadas. Los definimos como personas inmaduras, carentes incluso de principios éticos y hasta de empatía. Sin embargo… ¿Existe alguna situación en la que se permita actuar como un fantasma?

La verdad es que sí. Hay relaciones en las que se exigen límites y cambios a una persona concreta. Cuando un vínculo de amistad y pareja es abusivo, y no hay señales de que el comportamiento mejore, desaparecer es una salida aceptable. Mientras hayamos agotado estrategias como la comunicación y la exigencia asertiva, no queda otra salida que salir y cortar ese vínculo. Si las explicaciones ya se han dado antes, no hay necesidad de repetirlas.

No contestar mensajes o llamadas es un acto de salud mental para quienes buscan salir de territorios relacionales nocivos. En este caso, estaríamos practicando el survival ghosting. Y no hay nada malo en ello.

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