Las personas altamente sensibles también se definen por un procesamiento más profundo y reflexivo de la realidad, y esto se debe a que necesitan encontrar un sentido a cada experiencia o situación. ¿Te sientes identificado?
Última actualización: 24 de enero de 2023
¿Eres de los que se sienten defraudados en un mundo a veces demasiado superficial? En una sociedad en la que las apariencias valen más que las esencias, es muy difícil encontrar sentido a lo que nos rodea. En un presente dominado por las relaciones frágiles y el poder de la inmediatez, es extremadamente difícil encontrarle sentido.
Si te percibes así, es probable que pertenezcas a ese sector que necesita procesar las cosas con mayor profundidad. No eres el único. Hay días en que todo parece ir tan rápido que te falta coraje, fuerza y estrategias para adaptarte a los cambios. Sin mencionar la gran cantidad de información que recibes todos los días, ¿cómo manejas todos los estímulos que te rodean?
Cuando uno se caracteriza por un enfoque mental que necesita analizar meticulosamente cada aspecto y sutileza del entorno, el mundo nos parece caótico. ¿Cómo procesar lo que nos sucede, cómo tomar buenas decisiones y navegar el viaje de la vida cuando todo es tan ruidoso y complicado? Si esta sensación te resulta familiar, te explicamos el motivo.
«Los pensamientos se deshacen a medida que pasan por los labios y las yemas de los dedos».
dawson trotman
El procesamiento profundo también está relacionado con la sensibilidad emocional.
¿Qué es el procesamiento profundo?
Definimos el procesamiento profundo como la capacidad de organizar cada estímulo e información recibidos de manera meticulosa, analítica y reflexiva. La principal característica de esta forma de manejar lo que nos llega es el objetivo que la promueve: obtener un sentido. Es sacar un valor de un contenido, una enseñanza de una experiencia y un sentido lógico de cualquier situación.
Asimismo, los cerebros definidos por esta característica muestran una mayor tendencia a la observación y conexión con el entorno. Podríamos definirlos como esponjas sensoriales, como antenas capaces de captar mayores estímulos, pero con la necesidad de encontrar un sentido a todo lo que les llega. Y ese es su mayor problema…
Estamos ante un rasgo que no solo puede consumir muchos recursos mentales, sino también emocionales. El procesamiento profundo busca relacionar cada experiencia con conocimientos previos, con el propio cofre de valores, bagaje vital e intuiciones para encontrar un significado concreto. Esto puede ser agotador y también frustrante, porque no todo lo que nos rodea siempre tiene sentido…
“Los ríos poco profundos son ruidosos. Los lagos profundos están en silencio».
-Proverbio-
¿Cómo sé si este tipo de enfoque me define?
Aunque todos aplicamos un procesamiento profundo en ciertos momentos, algunos lo aplican de manera constante. Esto se explica por los rasgos de personalidad. Es decir, hay quienes por su forma de ser necesitan dedicar más tiempo al análisis y meditación de cada situación vivida, de cada conversación mantenida o evento observado.
Veamos ahora qué características se asocian a este enfoque mental:
- Procesar cada situación en profundidad significa que pasas horas e incluso días pensando en algo que te acaba de pasar. A veces, puedes pasarte una noche entera pensando en ese diálogo que has tenido con alguien.
- Pensar a ese nivel de meticulosidad te agota y te deja deprimido.
- Eres una persona muy observadora. Tienes la necesidad de fijarte en aspectos triviales a los que no todo el mundo suele prestar atención.
- procesamiento profundo Está relacionado con la sensibilidad sensorial. Quiero decir, a veces los escenarios ruidosos o muy iluminados te abruman..
Alta sensibilidad y búsqueda de sentido
Las personas altamente sensibles (HSP) tienden a mostrar este patrón de procesamiento. Esa profundidad a la hora de observar, comprender y obtener información del contexto que les rodea es una cualidad definitoria de este rasgo de personalidad.
Una investigación realizada por Bianca Acevedo, investigadora del Departamento de Ciencias Psicológicas y Cerebrales de la Universidad de Santa Bárbara, destaca algo al respecto.
Los hombres y mujeres altamente sensibles revelan una mayor conciencia y capacidad de respuesta a todos los estímulos ambientales.. No solo se ven más afectados por el entorno, sino que muestran un mayor cuidado a la hora de procesar cada situación. De hecho, las imágenes de resonancia magnética muestran que sus cerebros tienen ciertas peculiaridades que explicarían esta característica.
Hay una mayor activación en las redes nerviosas ligadas a la atención, también al hipocampo y la ínsula (relacionadas con el procesamiento cognitivo). Hay toda una base neurológica que subyace a esta particularidad.
¿Cuál es el propósito de esta particularidad?
La mente de una persona muy sensible rara vez descansa. Tienden a caer en infinitos laberintos de análisis, se pierden durante horas en las ramas de la reflexión. Para ellos, cualquier gesto debe contener mil significados ocultos. Una conversación reciente será analizada mentalmente durante días.
Una situación mundana será puesta bajo el microscopio del análisis mental en busca de aspectos discretos. ¿Por qué el cerebro altamente sensible necesita un procesamiento tan profundo? La Dra. Elaine N. Aron explica que este rasgo de personalidad puede haber sido una ventaja evolutiva en el pasado. Esa capacidad de análisis y sensibilidad podría anticipar riesgos y tomar mejores decisiones para el grupo social.
Sin embargo, estas situaciones generan fatiga cognitiva. La búsqueda persistente de significado a menudo no tiene éxito, incluso es decepcionante. Sumando la gran cantidad de información que nos rodea, la incertidumbre y la ambigüedad que existe en muchas de nuestras relaciones, podemos explicar el malestar que suelen sentir sus protagonistas.
Las personas altamente sensibles son como el objetivo de una gran cámara: pueden captar más datos, pero deben procesarlos minuciosamente para tener un panorama completo de la realidad que les rodea.
El procesamiento profundo intensifica el agotamiento mental e incluso la ansiedad.
¿Qué podemos hacer?
El psicoterapeuta humanista Rollo May dijo una vez algo interesante. La libertad humana también nos está dando una pausa entre un estímulo y su respuesta. Es decir, No todo lo que nos rodea tiene que ser susceptible de análisis o de una persistente búsqueda de sentido.. A veces vale la pena saber decidir qué merece nuestra atención y qué no.
El procesamiento profundo requiere una gran cantidad de esfuerzo mental de nuestra parte, y no vale la pena hacerlo en todas las circunstancias. Es más, no todo lo que nos rodea y nos sucede tiene que tener un sentido. A veces, ese gesto en nuestra pareja no implica que haya dejado de querernos; puede ser solo cansancio.
A veces, no todo lo que nos sucede implica tener que tomar una decisión. Hay momentos en los que basta con aceptar lo sucedido y dejarse llevar. No actuar también es una decisión. Por lo tanto, recordemos que En este mundo acelerado y caótico, necesitas saber dónde centrar tu atención. Aprenderlo reducirá las cuotas de ansiedad y mejorará nuestro bienestar.
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