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A pesar de la gran oferta que hay en cartelera, optamos por ver ciertas películas una y otra vez. Descubre por qué es esta tendencia y cómo nos afecta.
Escrito y verificado por el psicólogo. Elena Sanz.
Última actualización: 28 de febrero de 2022
Admítelo: hay ciertas películas a las que vuelves año tras año. No importa la cantidad de novedades que ofrezca la cartelera o las buenas críticas que tengan los últimos lanzamientos, a la hora de elegir, tú eliges tu película favorita, la que no es necesariamente un éxito de taquilla o tiene una trama excelente, pero que te encanta. ¿Por qué vemos las mismas películas una y otra vez? ¿No sería mejor abrirnos a nuevas experiencias? Exploramos este asunto a continuación.
No todos tenemos los mismos hábitos de consumo, pero sí compartimos el gusto por repetir lo que nos gusta. Hay quienes revisan las mismas películas navideñas cada diciembre y quienes miran la misma cinta cada vez que conocen a alguien en particular. También repetimos cada día las canciones que nos son conocidas y optamos por recurrir a series de las que ya conocemos hasta los diálogos.
Si pensabas que eras el único, debes saber que se trata de una tendencia muy extendida y que se han barajado diversas explicaciones para entenderla. Sigue leyendo para descubrirlos.
1. Vemos las mismas películas porque nos gustan
Esta es una explicación muy simple y obvia, pero esto no la hace menos válida. Vemos nuestras películas favoritas una y otra vez porque nos gustan sus argumentos, sus ambientes y decorados, porque despiertan en nosotros emociones positivas o porque nos identificamos con sus valores.
Las razones pueden ser diferentes; Lo cierto es que, del mismo modo que repetimos cada día nuestras comidas favoritas o hacemos ejercicio porque nos hace sentir bien, ¿por qué no recurrir a esa película que nos gusta mil veces?
Ver una película una y otra vez está relacionado con las emociones y valores que despierta en nosotros.
2. Descubrimos nuevos detalles
Consumir contenidos audiovisuales que ya conocemos No requiere un gran esfuerzo mental. Ya sabemos cómo va a ir la historia y, por eso, podemos recrearnos descubriendo nuevos matices y sabores.
Desde la tranquilidad y el placer que sabemos asegurado, y sin tener que salir de nuestra zona de confort, nos abrimos a descubrir nuevos detalles que nos puede llevar a amar cada vez más ese trabajo.
3. Nos sentimos como en casa
Es inevitable que empaticemos con los personajes de ciertas películas y series; más aún cuando hablamos de aquellos que hemos reproducido en varias ocasiones. De alguna manera, se genera simpatía y un sentimiento de cercanía con sus historias y vidas, Nos sentimos como amigos virtuales y esta sensación de familiaridad es muy gratificante.
Por eso, hay quien se siente acompañado con los capítulos de Friends mientras cena solo, y quien se siente reconfortado con Harry Potter mientras se recupera de una gripe.
4. Evocan recuerdos y sensaciones
Muchas de nuestras películas favoritas lo son por lo que evocan, porque transportarnos a otros tiempos y situaciones. Al volver a verlos, volvemos de alguna manera a aquella primera vez que los vimos, a la compañía de quienes estuvieron a nuestro lado, a esa infancia despreocupada oa una época más sencilla y feliz de nuestras vidas.
Algunas nos transportan a aquellas tardes de verano con nuestros padres, otras nos permiten revivir los maratones nocturnos con nuestros amigos adolescentes y otras recuerdan la ilusión del primer amor. De este modo, No es la película en sí, sino todo lo que la acompaña a nivel emocional..
5. Nos permiten conocernos
Ver las mismas películas una y otra vez no siempre significa vivir las mismas experiencias. Seguro que te ha pasado: a lo largo de los años, su interpretación de la obra ha cambiado, ahora hasta simpatizas con los villanos o entiendes el comportamiento del protagonista que hace años te parecía ilógico. Y es que en estas películas podemos observar nuestra propia evolución personal.
viéndolos de nuevo, comprobamos como se han transformado nuestros valores, nuestra forma de ver el mundo; miramos cuánto hemos aprendido y cómo han cambiado nuestras opiniones. Nos permite comparar la persona que éramos con la persona que somos hoy; y esto, con una nueva película, no sería posible.
6. Sentir que tenemos el control
Esta es quizás una de las razones más poderosas que nos llevan a repetir constantemente el mismo contenido. Y es que saber de antemano todo lo que va a pasar, nos da una gran sensación de control.
Quizás afirmamos que nos gusta el suspenso, el misterio y dejarnos sorprender. Sin embargo, el cerebro humano tiende a lo predecible, a lo predecible, a la comodidad de los patrones. Esto nos permite bajar la guardia y relajarnos, seguros sabiendo lo que sucederá.
Ver una película que ya hemos visto nos da una fuerte sensación de control, ya que sabemos lo que sucederá, por lo que por una vez nos sentimos victoriosos sobre la incertidumbre.
7. Nos ayudan a lidiar con nuestras emociones
Los contenidos audiovisuales en todas sus variedades pueden resultar muy útiles en cuanto a la gestión emocional, sobre todo si ya nos son conocidos. Posiblemente nuestras películas favoritas se deban a que, de alguna manera, podemos identificarnos con sus protagonistas y con el pasar de sus historias.
Al verlos, sentimos y manejamos nuestros propios asuntos internos., para que se produzca una catarsis que puede ser muy liberadora. No en vano solemos tener una película favorita para los días tristes y otra para los días felices, una para cuando nos enamoramos y otra para cuando atravesamos un duelo.
En definitiva, como ves, repetir las mismas películas no es negativo ni perjudicial. Al contrario, hacerlo produce en ti procesos muy interesantes y necesarios que te ayudan de diferentes maneras.
Así, no te cortes y disfruta de tus obras favoritas tantas veces como quieras. Eso sí, no te cierres a nuevos descubrimientos, nunca sabes cuándo aparecerá esa próxima producción que se convertirá en uno de tus imprescindibles.
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