Verificación de hechos Se ha verificado la precisión del artículo (el contenido incluye enlaces a sitios de medios de comunicación acreditados, instituciones de investigación académica y, en ocasiones, estudios médicos). Todo el contenido de nuestro sitio web ha sido revisado, sin embargo, si cree que nuestro contenido es inexacto, desactualizado o cuestionable, puede Contáctenos para hacer las correcciones necesarias. 5 minutos
La industria del marketing tiene un objetivo claro: que compremos productos que nos publiciten aunque no los necesitemos. Y la verdad es que muchas veces caemos en sus trampas, ¿por qué?
Última actualización: 22 de febrero de 2022
A más de uno se le suele ver en esta situación. Sucede especialmente cuando después de recibir el pedido online o de llegar a casa con un determinado producto, llega la decepción. el arrepentimiento de la recesión. Es como si el simple hecho de buscar determinados artículos y comprarlos generara más emoción que el hecho de que ya los tengamos en nuestras manos.
Sin embargo, a pesar de vivir este tipo de experiencias varias veces, no aprendemos. De hecho, no pasan muchos días hasta que repetimos esa conducta, la de pagar por algo que no es una necesidad básica, sino un refuerzo emocional, una inyección de dopamina temporal y efímera. Si nos identificamos con este tipo de realidad, ¿quizás significa que ya somos adictos a las compras?
Absolutamente. Porque si hay algo que saben las industrias del marketing es que Casi el 70% de la población compra artículos de los que luego se arrepiente. Pasamos la tarjeta solo porque nos ha cautivado un anuncio, porque alguien tenía ese vestido, ese móvil o esos auriculares que tanto nos atraían al principio.
El mimetismo social es uno de los factores que explica este hábito de compra irracional. Sin embargo, hay más factores desencadenantes que debemos comprender.
El hábito de compra no se lleva a cabo racionalmente en ocasiones. Son nuestras emociones las que nos impulsan a hacerlo.
Razones por las que compro cosas que no necesito
El comportamiento de compra responde a comportamientos lógicos y, sobre todo, emocionales. Adquirimos necesidades básicas para subsistir, vestirnos, alimentarnos y tener cubiertos aspectos básicos para nuestro bienestar. Sin embargo, también compramos para satisfacer necesidades de ocio y autorrecompensa emocional.
De esta forma, aunque compremos productos como patinetes eléctricos, videoconsolas o más zapatillas de las necesarias, no responde ni mucho menos a algún problema o trastorno psicológico. Es un comportamiento humano normal y una característica más de nuestro estilo de vida. Sin embargo, El problema viene cuando compramos artículos innecesarios de forma compulsiva y obsesiva.
Ese sería el límite que no podemos descuidar. Al fin y al cabo, hay que tener en cuenta que este fenómeno no ha hecho más que aumentar en los últimos años, hasta el punto de que el DSM-5, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, lo incluye dentro de las adicciones conductuales.
Sin embargo, más allá de esta evidencia hay otra dimensión. En la mayoría de los casos, no llegamos a esos niveles de adicción. Sin embargo, a menudo nos preguntamos por qué lo hacemos… ¿Por qué compramos cosas que no necesitamos? Estas serían las causas.
1. La sensación de sentirse bien
Pocas cosas hay más comunes que ir a un centro comercial cuando hemos tenido un mal día. Además, en días de estrés, frustración o simple aburrimiento podemos pasar horas mirando portales de compras online.
Comprar cosas nos satisface, nos permite liberar serotonina, dopamina y endorfinas. Nos imaginamos usando o cargando esos productos, y esa fantasía nos gratifica.
2. Procesos inconscientes motivados por el condicionamiento
El principal objetivo del neuromarketing es que compres artículos que crees que necesitas, pero que en realidad no necesitas. Para lograrlo utilizan múltiples estrategias que ponen en marcha procesos psicológicos inconscientes que nos condicionan.
Un ejemplo de ello son las siguientes dinámicas:
- Supuestas bajadas de precio que nos hacen creer que nos sale una ganga.
- La mayoría de los anuncios apelan a nuestras emociones. De hecho, cuando pagamos por algo, no estamos comprando un producto, estamos comprando una emoción. Ciertas bebidas nos dan felicidad. Un vestido nos hará lucir atractivas. Un móvil de una determinada marca nos dará estado…
3. Publicidad personalizada
Si eres usuario de redes sociales, debes saber que para usar estas aplicaciones, has dado tu consentimiento para monitorear todo lo que haces. Somos estudiados cada segundo por inteligencia artificial y algoritmos para mostrarnos publicidad personalizada. Nos presentarán productos acordes a lo que busquemos, escribamos o digamos.
Un estudio de la Universidad de Carolina del Sur destaca este hecho. La compra compulsiva está mediada por publicidad cada vez más personalizada orquestada por algoritmos de redes sociales. Cuando nos bombardean con artículos según nuestras preferencias, es muy difícil resistirse.
4. La falsa sensación de necesidad
Abraham Maslow ya nos lo dijo en su día: el ser humano se mueve de acuerdo a sus necesidades básicas. En el mundo del marketing no existe el libre albedrío. El objetivo no es otro que condicionar a la persona para que crea que determinados productos le ofrecerán lo que necesita:
- Compramos para saciar el aburrimiento. Al cerebro le gustan las cosas nuevas, y esto nos impulsa a adquirir nuevos productos para satisfacer esas necesidades de innovación.
- Compramos por imitación social, por no ser menos que los demás. Tener lo mismo que nuestros amigos aumenta el sentimiento de pertenencia.
- Adquirimos artículos para sentirnos especiales, más atractivos, para experimentar sensaciones diferentes…
Muchas veces compramos productos que no necesitamos solo para no ser menos que los demás. Si hay una prenda que está de moda, necesitaremos tenerla para favorecer nuestra integración en el grupo social.
Un problema que va en aumento
La adicción a las compras es un problema que va en aumento. Si bien es cierto que todos nos hemos preguntado por qué compro cosas que no necesito, conviene atender este comportamiento. Recuerda que tal conducta está motivada en todos los casos por nuestros impulsos emocionales y condicionamientos inconscientes.
Antes de comprar un artículo, pregúntese si realmente lo necesita. Antes de hacer clic en un producto en línea, primero pensemos por qué queremos comprarlo. ¿Realmente nos hará felices tenerlo? ¿Lo queremos solo porque lo hemos visto en alguien? ¿Qué esperamos realmente de ese móvil, de ese vestido, de esos auriculares? ¿No tenemos otros productos que ya nos brindan el mismo servicio?
Por último, si bien no menos importante, no dudemos en consultar con profesionales especializados en caso de que nos encontremos en una situación de adicción. Caer en esta espiral de sufrimiento es más fácil de lo que pensamos; evitemoslo
Tú podrías estar interesado…
Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!