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Un exceso de pensamientos y emociones descontrolados puede abrumarnos y paralizarnos. Practicar el minimalismo mental nos ayuda a centrarnos en lo esencial.
Escrito y verificado por el psicólogo. Elena Sanz.
Última actualización: 28 octubre, 2021
¿Has oído hablar del minimalismo? Lo más probable es que sí, y es que esta tendencia de vivir con lo imprescindible está ganando cada vez más adeptos. En general, este término está asociado con la organización de ambientes y posesiones materiales, pero también puede aplicarse al espacio psicológico (minimalismo mental).
Para saber si puede beneficiarse de implementarlo, hágase la siguiente pregunta: ¿A menudo te sientes abrumado o bloqueado por la cantidad de ideas y pensamientos que se acumulan en tu psique? ¿Tienes multitud de tareas pendientes y no sabes cómo priorizar para atenderlas? ¿Sufres a menudo de confusión, estrés o ansiedad? Si es así, esta propuesta puede serte de gran ayuda.
¿Qué es el minimalismo mental?
El minimalismo se basa en el lema “menos es más”, pero no se trata de quitar objetos al azar o por deshacerse de ellos. Realmente, el objetivo es seleccionar lo que es verdaderamente importante y significativo, lo que aporta; y, así, ganar espacio y poder disfrutar de ambientes más organizados y funcionales.
Trasladando la idea al plano psicológico, seguimos la misma línea, así el minimalismo mental implica poner orden y estructurar las ideas identificando qué pensamientos nos sirven y cuáles no. De esta manera, creamos tranquilidad y somos más capaces de enfrentar desafíos y tomar decisiones.
Definitivamente, se trata de crear y mantener una higiene mental que nos permita centrarnos en lo relevante y no abrumarnos ni distraernos con elementos de desecho. Dado que vivimos en un mundo acelerado, recibiendo ingentes cantidades de estímulos cada minuto, esta no es una tarea fácil y requiere práctica y dedicación.
¿Cómo aplicar el minimalismo mental?
Para implementar el minimalismo mental se pueden seguir una serie de pasos y varias técnicas nos pueden ayudar. A continuación comentamos los más relevantes.
cuida tus pensamientos
Como primer paso, tenemos que reconocer el terreno. ¿Qué pensamientos tenemos? ¿Qué emociones estamos experimentando?
Curiosamente, la mayor parte del tiempo no somos conscientes de los contenidos de nuestra mente. Éstos pasan desapercibidos y se amontonan, desordenados y desatendidos, impidiendo que podamos funcionar correctamente.
Por tanto, acostúmbrate a observarlos, sin juzgar, con la mera intención de tomar conciencia de lo que está ocupando tu espacio interior.
Seleccionar y dirigir la atención.
El siguiente paso consiste en identificar el contenido interno que es relevante y positivo y que es prescindible ¿O son una carga?.
En primer lugar, al centrarnos en los pensamientos y emociones constructivos, conseguimos amplificarlos y acostumbrarnos a seleccionarlos como prioritarios. De esta manera, desempoderamos el diálogo interno negativo o las creencias limitantes. En lugar de combatirlos, de intentar eliminarlos, es más efectivo alimentar a los que queremos mantener.
Por otro lado, esto nos ayuda a priorizar. No es posible atender cada pensamiento y cada idea, no es factible tener bajo control cada aspecto de nuestra vida. Por tanto, despejaremos nuestro terreno mental si sabemos lo que es realmente relevante; teniendo claras las prioridades, podremos organizar mejor el tiempo.
Cada escala o pedido es personal; en este sentido, haríamos bien en limitar la influencia que puedan tener las imposiciones sociales.
Para algunas personas la estabilidad económica será fundamental, mientras que para otras el bienestar espiritual o las relaciones sociales armoniosas serán más prioritarias. Descubre lo que es verdaderamente importante para ti y ocúpate de ello, el resto puede esperar.
Practica la atención plena
En relación con lo anterior, debes saber que dirigir la mente es un acto voluntario y activo, no ocurre de forma natural (al menos al principio). En general la gente tiende a vagar mentalmente entre el pasado y el futuro, a saltar de una idea a otro frenéticamente. Para revertir esta tendencia, es muy positivo practicar mindfulness.
Enfócate en el momento presente, en las acciones que estás realizando o en las sensaciones que estás experimentando. Cuando su mente divague hacia otros tipos de pensamientos no deseados, rediríjala nuevamente.
Simplificar y especificar
El minimalismo mental consiste en simplificar, en liberarnos de lo superfluo y redundante y quedarnos solo con lo esencial. En este sentido, es necesario aprender a concretar ideas, ser capaz de expresarlas en pocas palabras de manera concisa
Esto ayuda a liberar espacio mental y tener una dirección más clara., y para lograrlo podemos recurrir a la escritura. ¿Cómo te sientes? ¿Qué te preocupa? ¿Qué quieres lograr? Intenta responder a estas preguntas de la manera más concreta y precisa. En el proceso, podrás deshacerte de la confusión y la distracción y ganar una mayor organización mental.
Cuida la información que consumes
Por último, es muy positivo aprender a regular la información que consumimos y cómo lo hacemos. Un exceso de datos y estimulación nos puede bloquear, especialmente si estos no son de buena calidad. Por tanto, debemos ser selectivos con lo que nos alimentamos (algo que se aplica igualmente a las relaciones sociales).
En esta era de la inmediatez, es habitual saltar de una aplicación a otra, deslizar contenidos en décimas de segundo y nunca centrar la atención. Este hábito se puede trasladar a nuestro día a día real y perjudicarnos, por lo que alejarnos de las redes sociales y dedicar nuestro tiempo a otro tipo de ejercicios como la lectura o la pintura puede ser mucho más beneficioso para nuestra tranquilidad.
El minimalismo mental es fuente de paz
Hay quienes confunden la felicidad con la alegría, pero en realidad esta tiene más que ver con la tranquilidad. Cuando nuestra mente está limpia, tranquila y organizada, tendemos a alcanzar estados de plenitud. de una forma mucho más sencilla.
Así, si te sientes estresado, abrumado e incapaz de hacer frente a tu día a día, no dudes en aplicar el minimalismo mental: cuando todo esté organizado internamente, serás mucho más capaz de hacer frente a las exigencias del entorno.
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