Lightyear, la película con la que Pixar quiere romper tabúes

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En «Lightyear» vemos a dos mujeres besándose. Pixar ha querido visibilizar la diversidad sexual y eso ha tenido consecuencias. La película animada ya ha sido prohibida en 14 países…

Última actualización: 01 julio, 2022

Después de un paréntesis de dos años, Pixar ha podido estrenar su última película a lo grande: Lightyear. Sin embargo, este intento ha fracasado -en parte- porque varios países, la mayoría de Oriente Medio y algunos del ámbito asiático, han prohibido su proyección en salas de cine. ¿La razón? Por mostrar un beso entre dos mujeres.

Lo cierto es que la polémica escena encaminada a normalizar la diversidad sexual ha mostrado el terreno que aún nos queda por andar en este terreno. Esta carcoma, lejos de ser residual, sigue teniendo una importante presencia en nuestra sociedad. También en muchas narrativas mentales que no ven legal que una película de animación traspase esa barrera.

Sin embargo, Pixar lleva mucho tiempo apostando por una perspectiva claramente inclusiva en la que romper prejuicios y tabúes. Si llevamos años viendo producciones en las que la inclusión de otras culturas y razas ya es algo recurrente (Coco, Soul, Vaiana, Encanto, etc.), faltaba un nuevo paso. La comunidad LGTBI también merece su espacio en el universo de la animación.

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Pixar busca que sus personajes sean cada vez más inclusivos y representativos del mundo moderno.

La última producción de Pixar es una entretenida película de aventuras intergalácticas protagonizada por un héroe que busca redimir un error.

Lightyear, un héroe con exceso de desparpajo

Es cierto que la escena del beso tiene una relevancia social indiscutible. Pero no es, ni mucho menos, el tema central de la última producción de la factoría Pixar. Lightyear tiene una relación directa con Toy Story. Como recordaremos, Andy, el niño protagonista, recibe como regalo en 1995 un entrañable muñeco de acción: Buzz Lightyear.

Si por algo era conocido ese muñeco, además de ser el amigo del Sheriff Woody, era por repetir aquello de «¡hasta el infinito y más allá!». También, Aparentemente, Buzz fue el juguete que se hizo después de una exitosa película que fascinó a Andy. Lightyear es «esa película».

Estamos ante una historia que, por su trama, bien podría ser otra aventura de Star Trek. En cambio, por su estética y diseño, evoca a la Space Opera más querida, que no es otra que Star Wars. Se trata de una aventura intergaláctica que recuerda al espectador adulto las grandes producciones de ciencia ficción de los años 80 y 90. Los niños quedarán fascinados con muchos más elementos…

Un protagonista empeñado en corregir un error

Buzz Lightyear es un orgulloso piloto de Starforce. Su misión es tomar el control de una nave con cientos de personas suspendidas en hipersueño con la que colonizar varios planetas. Él y su tripulación exploran la galaxia en busca de nuevos mundos como lo haría el Capitán Kirk con su Enterprise. Aunque Buzz llama a su barco «el nabo» por su similitud con dicho vegetal.

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Lo cierto es que nuestro protagonista es algo engreído, egoísta y sufre de una excesiva confianza en sí mismo. Pilota la nave de manera tan imprudente que en un momento hace un mal movimiento y quedan varados en un planeta poco acogedor. Su orgullo también choca de repente con el sentimiento de culpa, y con ese coraje miope que no le dejaba ver los riesgos y responsabilidades que tenía sobre él.

Desde entonces, inicia un viaje con el que intentar enmendar su error. Aunque todo intento tiene un alto costo. Su objetivo es alcanzar la hipervelocidad para salir del planeta, pero si cada uno de esos intentos le lleva poco más de unos minutos, para su tripulación han pasado años, e incluso toda una vida…

Buzz intenta llegar a casa a toda costa, pero finalmente se da cuenta de que al estar rodeado de sus amigos, ya está en su verdadero hogar.

Lightyear y la necesidad de aceptar el fracaso

Pocos personajes de Pixar son tan obstinados y testarudos como Buzz Lihtyear. Su propósito es noble: quiere resolver su error, regresar a casa, salvar a su tripulación y dejar atrás ese planeta hostil en el espacio profundo. Sin embargo, no escucha a sus compañeros, no escucha sugerencias. Su obsesión es tal que empieza a extrañar hermosos momentos en la vida de sus amigos: bodas, nacimientos…

Una vez más, como en la mayoría de estas producciones, tenemos modelos que nos sirven de espejo para reflexionar. Aquí nos encontramos con el héroe defectuoso y engreído que anhela la redención.. También gente malvada que esconde secretos, y jóvenes llenos de ilusiones que buscan una primera oportunidad para demostrar su valía. El toque de humor lo da un gato, un felino robótico cuya finalidad es dar apoyo emocional a Lightyear.

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Lightyear ha sido prohibido en 14 países.

Sí, el polémico beso fue lo de menos, pero es un gran avance.

La mejor amiga de Lightyear es la Comandante Hawthorne, una lesbiana negra. No solo es un avance que Pixar haga una referencia a la diversidad sexual. En cierto modo, también agradecemos que una mujer negra aparezca en una misión espacial. Recordemos a esas tres brillantes científicas afroamericanas que trabajaron en la NASA y que fueron clave en la carrera espacial.

Todos estos pequeños toques sobre diversidad e inclusión son necesarios. Son una forma de normalizar y visibilizar realidades cotidianas, hechos que forman parte de nuestra sociedad. También de cualquier país que quiera llamarse democrático o civilizado. Sin embargo, cabe señalar que incluso los ejecutivos de Disney pidieron eliminar la secuencia del beso.

Afortunadamente, la cordura y el sentido común ganaron. Pequeños avances como estos evitarán que nos quedemos varados en planetas hostiles como lo fueron Lightyear y su tripulación.

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