Leer novelas policiacas: un estímulo para tu cerebro

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El género policiaco atrapa porque nos permite adentrarnos en el lado más oscuro del ser humano. Además, nos permite desarrollar habilidades reflexivas y deductivas.

Última actualización: 11 de mayo de 2022

Leer novelas policiacas es una pasión que define a millones de lectores en todo el mundo. Cuando la trama es lo suficientemente precisa, lo suficientemente sofisticada, lo suficientemente desafiante e incluso lo suficientemente espantosa, la mente se apega a esa historia durante días. Meditamos, reflexionamos, aguzamos el ingenio y la intuición, aventuramos sospechas y hasta posibles resoluciones en nuestro intento de amarrar todos los cabos.

Las grandes editoriales son conscientes de esta predilección por los lectores. Porque, en realidad, es un fenómeno que viene ocurriendo desde hace más de un siglo. De hecho, y aunque ahora mismo tenemos en mente a figuras como Camilla Läckberg, JD Barker, Donna Leon, Dolores Redondo o Juan Gómez-Jurado, el precursor de este género fue Edgar Allan Poe.

Su personaje, Auguste Dupin, fue el primero en sumergirnos en el fascinante mundo de la investigación y el crimen en el cuento clásico The Rue Morgue Murders. Más tarde llegaría la querida Agatha Christie, además de Raymond Chandler, Dashiel Hammett o Patricia Highsmith. Sin embargo, ¿Qué tiene la novela negra para surgir como una «adicción» para nuestro cerebro?

Las novelas policiales son catárticas: nos permiten explorar el lado más oscuro de la humanidad y de nuestras sociedades.

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La novela negra sirve a menudo como un «exorcismo». Hablemos de las injusticias de nuestra sociedad.

Leer novela negra, una atracción fatal muy beneficiosa

Henning Mankell dijo en Dogs of Riga que no hay asesinos, sino personas que cometen asesinatos. Esa es probablemente una de las razones por las que nos gusta leer novelas policíacas. Este género nos permite adentrarnos en la zona más oscura del ser humano. Uno que demuestra que, bajo ciertas condiciones, todos podemos matar.

Jonathan Gottschall, erudito literario y autor del interesante libro The Storytelling Animal, explica que la gente no puede resistir la tentación de gravitar hacia mundos alternativos al nuestro. Desde un punto de vista neurológico e incluso evolutivo, es algo que siempre nos ha definido. Nos encanta -necesitamos, incluso- que nos cuenten y lean historias para escapar puntualmente de la realidad.

La novela negra nos lleva a universos espantosos y dramáticos que son creíbles y que pueden suceder. Mientras el género sobrenatural fantástico juega con lo imposible, el género policiaco habla de lo posible inscrito en muchas de las injusticias que ocurren en la actualidad…

Los ganchos de las tramas asesinas: emociones a flor de piel

En la vida real evitamos ciertas situaciones porque sabemos que son peligrosas. Sin embargo, en los libros, el autor nos lleva de la mano por los escenarios más agrestes; aquellos en los que nunca nos pasará nada. Nos adentramos también en las ciudades más familiares; las mismas que, de repente, se convierten en el contexto del desastre, el drama, la dantesca (y sangrienta) escena.

Leer novela negra nos permite experimentar todo un cóctel de emociones altamente adictivas. Hay sorpresa, tensión, horror, curiosidad, contradicción, miedo e incluso satisfacción. Incluso se puede sentir placer con la venganza cuando acompañamos, por ejemplo, al personaje de Lisbeth Salander en el universo que Stieg Larsson creó para ella.

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El cerebro libera dopamina en cada fotograma, además de serotonina e incluso endorfinas. Nos volvemos adictos a estas tramas, pero es una dependencia inofensiva y saludable que siempre podemos satisfacer con un nuevo libro.

En las novelas policiacas, el miedo o la angustia nunca son molestos ni paralizantes. Al contrario, son emocionantes.

Investigamos las motivaciones más profundas de las acciones humanas

Si hay algo que gusta a la mayoría de los lectores de este género es explorar la maldad humana.. El interés por la criminología y el asesinato es un fenómeno bien establecido en nuestra cultura. Como explica JD Barker, autor de numerosos thrillers psicológicos, los monstruos más malvados, como los asesinos en serie, tienden a llevar una vida familiar y corriente. Son, en apariencia, como cualquiera de nosotros.

Y esa imagen nos aterroriza y al mismo tiempo despierta en nosotros un interés furtivo. Es más, la lectura de novelas policiacas puede en algunos casos hacer que el villano de la trama se convierta en nuestro personaje favorito. Pensemos en Hannibal Lecter. Sin embargo, la lectura crea en nosotros una red de seguridad cognitiva: podemos admirar el mal sin dañar nuestra propia imagen.

Algo que buscamos en las novelas de asesinatos es entender las motivaciones de los criminales.

Leer novelas policiacas nos permite indagar en la sociedad actual

El género del thriller o novela negra no es sólo un cauce para investigar la maldad humana. También Es un escenario ideal para ahondar en las injusticias sociales y la corrupción. Fue a lo largo de los años 60 y 70 cuando muchos periodistas se lanzaron al mundo editorial con el fin de denunciar y sacar a la luz hechos reales ocurridos en las sombras de la sociedad.

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Mafias, prostitución, pederastia, corrupción política… Muchas de estas novelas giran en torno a problemas muy actuales y que interesan a los lectores. Además, estudios como el realizado en la Washington and Lee University nos recuerdan que Leer libros potencia la empatía y el comportamiento prosocial. Optar por la novela negra puede incluso reforzar el sentido de la justicia.

Muchas de esas lecturas que están dentro del canon del género policial son auténticos trabajos de investigación de sus autores. Esto genera una gran expectativa en nosotros. Sobre todo, porque siempre tenemos esa sensación, de que cualquier parecido con la realidad es real.

Nos permite desarrollar una mente crítica y reflexiva.

¿Cómo negarlo? Cuando uno lleva décadas coleccionando títulos del género policiaco, al final se desarrolla la intuición de un Hércules Poirot y el olfato de un Kurt Wallander. La estimulación mental que proporcionan estas lecturas es inmensa, facilitando incluso la mejora de nuestra capacidad reflexiva, el sentido crítico.el análisis de los pequeños detalles e incluso la capacidad deductiva y la imaginación.

Para concluir, independientemente de que seamos o no verdaderos amantes de este tema, lo más importante es tener siempre un libro cerca. Porque la lectura nos salva y construye agradables refugios de los que siempre salimos ilesos e increíblemente enriquecidos.

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Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!

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