Verificación de hechos Se ha verificado la precisión del artículo (el contenido incluye enlaces a sitios de medios de comunicación acreditados, instituciones de investigación académica y, en ocasiones, estudios médicos). Todo el contenido de nuestro sitio web ha sido revisado, sin embargo, si cree que nuestro contenido es inexacto, desactualizado o cuestionable, puede Contáctenos para hacer las correcciones necesarias. 5 minutos
La mayoría de nosotros podemos leer la mente de los demás hasta cierto punto. Lo hacemos gracias a un cerebro diseñado para favorecer la conexión social y emocional. Descubre cómo funciona este maravilloso concurso.
Última actualización: 03 agosto, 2022
Suele decirse que si hay algunas figuras capaces de leer la mente, esas son los psicólogos. Por lo general, se les atribuye una forma de poder inusual que, según muchos, les hace comprender realidades ocultas del ser humano. Sin embargo, como nos dicen los científicos, Todos tenemos la maravillosa cualidad de ser lectores de las emociones y pensamientos de otras personas.
En realidad, no podemos “adivinar” lo que está pensando la persona que tenemos delante. Nuestra evolución aún no ha llegado a ese punto. Sin embargo, lo que podemos hacer es crear modelos mentales para intuir efectivamente sentimientos, pensamientos y comportamientos en los demás. Es un aprendizaje que comenzamos desde muy pequeños.
A esta competencia la llamamos “precisión empática”. y es la clave que nos facilita conectarnos entre nosotros de una manera enriquecedora y hábil. Por lo tanto, podemos decir con seguridad que la mayoría de nosotros somos lectores de la mente, con la excepción de aquellos en el espectro del autismo. Profundicemos un poco más en esta información.
Todos podemos desarrollar mejores habilidades para leer la mente. Basta con saber analizar aspectos como el lenguaje no verbal de las personas.
Las neuronas espejo son las llaves que nos facilitan entrar en la mente de otra persona.
Lectura de la mente: ¿qué procesos facilitan esta habilidad?
Hablábamos al principio de la clásica atribución a la figura del psicólogo como “lector de mentes”. Si de alguna manera el profesional de las ciencias del comportamiento es diestro en esta materia, se debe a un hecho muy concreto. Su trabajo se basa, en gran parte, en la observación y escucha activa de las personas.
Esta actividad le permite trascender más allá de los gestos y las palabras para intuir emociones, necesidades, traumas y pensamientos. Los psicólogos están capacitados para leer aspectos relacionados con la comunicación no verbal, algo que, en realidad, la gran mayoría también puede hacer con mayor o menor éxito.
Las personas damos pistas de lo que tenemos en la cabeza a través de nuestros gestos, movimientos, miradas, tono de voz… Porque leer la mente, al fin y al cabo, no es un superpoder, es una habilidad que parte de la empatía y el lenguaje corporal.
Sin embargo, y aquí viene un dato interesante, Nadie puede convertirse en un lector de las emociones y pensamientos de otras personas si antes no ha ahondado en su propia mente. Comprendamos ahora todos aquellos procesos que nos facilitan la adquisición de esta habilidad.
Teoría de la mente: la capacidad de “pensar que yo pienso que tú piensas…”
La teoría de la mente, acuñada por el antropólogo y psicólogo Gregory Bateson, define la capacidad que tienen las personas para comprender y reflexionar sobre su propio estado mental y también el de los demás. Un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison también indica algo relevante.
Una parte esencial que favorece nuestro bienestar es la capacidad de razonar sobre los pensamientos, creencias y sentimientos de los demás y así poder predecir sus respuestas y acciones. Un ejemplo de ello es ver que nuestra pareja llega a casa estresada y enfadada, y deducir que puede haber tenido un mal día en el trabajo.
Por otro lado, algo que nos señalan autores como Veddum, Pedersen, Landert y Bliksted es que tanto las personas con trastorno del espectro autista como los pacientes con esquizofrenia presentan un déficit en el desarrollo de la teoría de la mente.
Neuronas espejo, nuestras claves cotidianas para leer la mente
Vittorio Gallese, neurocientífico de la Universidad de Parma en Italia y uno de los descubridores originales de las neuronas espejo, explicó una vez que todos somos lectores naturales de la mente. Todos menos, según él, Spock, uno de los protagonistas de Star Trek. En su caso, su dificultad para comprender el comportamiento humano radica precisamente en el aspecto emocional.
Los habitantes de Vulcano habían optado por reprimir sus emociones para actuar de forma más lógica. Esto les privó de poder adquirir esa facultad tan excepcional en el ser humano: la empatía. Nuestras habilidades empáticas, gobernadas por neuronas espejo, nos facilitan entrar en la mente de los demás y conectar con sus estados emocionales.
De esta forma, cuando interactuamos con alguien, hacemos algo más que mirar. Conectamos con esa persona emocional y mentalmente, nos ponemos en su piel, en el refugio de su universo mental.
Las personas con autismo tienen empatía. Sin embargo, tienden a tener más dificultades para captar y comprender las señales emocionales que muestran los demás. Esto puede hacer que respondan de manera impulsiva y desadaptada.
Nuestro cuerpo, rostro y tono de voz pueden aportar mucha información sobre nuestros estados e intenciones para quien sepa leerla.
El lenguaje no verbal puede proporcionar más información que las palabras.
No tienes que ser un Jedi para leer la mente. Ni siquiera es necesario concentrarse y mirar exclusivamente ese rostro que tenemos delante. Tenemos que ir más allá y ampliar el foco para mirar el cuerpo, la voz, los movimientos de la persona…
David Matsumoto, profesor de la Universidad Estatal de San Francisco, es uno de los principales expertos en este tema. En su libro Comunicación no verbal. Ciencia y Aplicaciones, nos ofrece información sobre cómo profundizar en los comportamientos no verbales para comprender los pensamientos, motivaciones, personalidades e intenciones de las personas.
Como asesor del FBI, afirma que leer la mente del ser humano es posible siempre y cuando tengamos los conocimientos adecuados sobre el tema. De hecho, su trabajo también se basa en entrenar a agentes federales y empresarios en la capacidad de leer a las personas para intuir comportamientos y reacciones.
En este punto, está claro que la mayoría de nosotros dominamos esta fascinante habilidad. Lo más interesante, sin duda, es saber que podemos aprender mucho más, que existen recursos y expertos que nos pueden orientar en este tipo de lecturas interpersonales. Porque Por muy llamativo que nos pueda parecer, no deja de ser una herramienta que facilita y optimiza nuestras relaciones.
Tú podrías estar interesado…
Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!