¿Usas a menudo aplicaciones de citas? ¿Te sientes estresado por tener citas que siempre terminan decepcionándote? ¿Crees que nunca encontrarás un socio en estas aplicaciones? En los últimos años estamos asistiendo a un nuevo fenómeno que merece la pena analizar…
Última actualización: 18 de febrero de 2023
¿Utilizas o has utilizado una aplicación de citas para encontrar pareja? Actualmente es difícil encontrar a alguien que no se haya hecho un perfil en estos recursos que nos acompañan desde hace más de una década. No importa si buscas el amor, un encuentro sexual para una noche, o simplemente aliviar el peso de la soledad o calmar la tristeza por una ruptura reciente.
Los motivos por los que nos registramos en estas apps son múltiples, pero el efecto en el cerebro es siempre el mismo. Al principio experimentamos una efervescente sensación de motivación, curiosidad e incluso adicción. Podemos pasar horas mirando perfiles y pocas cosas son más emocionantes que recibir una coincidencia.
Sin embargo, aplicaciones como Tinder también pueden provocar agotamiento e incluso aburrimiento. Cada vez son más las personas que se sienten abrumadas ante tantas opciones y estresadas por las decepciones. Ahora es más fácil que nunca encontrar pareja, pero mucho más difícil encontrar el amor…
Si bien es cierto que muchas parejas se conocen y logran un vínculo sólido gracias a las aplicaciones de citas, también son muchos los que acaban evitando estos recursos porque han vivido muchas experiencias como el “ghosting”.
Ahora tenemos más citas que nunca, pero también más decepciones que en otros tiempos.
¿Sabes qué es el efecto Tinder?
El efecto Tinder nos dice que, aunque nuestras necesidades afectivas-sexuales no han cambiado, la forma de coquetear sí. Además, estos nuevos mecanismos tecnológicos no siempre son satisfactorios. Ahora bien, es cierto que son muchas las personas que han encontrado a su pareja actual gracias a estos recursos. Sin embargo, no podemos ignorar el fenómeno psicosocial que se deriva de estas aplicaciones.
Una investigación de la Universidad de Sydney indica que estas herramientas tecnológicas están aumentando nuestra angustia psicológica. En concreto, las que utilizan el mecanismo deslizante como Tinder (si nos gusta alguien deslizamos hacia la derecha y hacia la izquierda si es al contrario).
La antropóloga y bióloga Helen Fisher, quien también es consultora de Match.com, señala que las personas se sienten cada vez más abrumadas y estresadas con este tipo de citas. Es cierto que alrededor del 12% logran consolidar un vínculo afectivo. Pero Una parte de los usuarios de aplicaciones de citas tienen, tras meses o años de uso, la sensación de haber perdido el tiempo.
Aunque las aplicaciones de citas buscan facilitar un área de la vida que, tradicionalmente, ha sido algo compleja (la búsqueda de pareja o el sexo), muchas personas sienten que estos recursos generan más estrés que beneficios.
Aplicaciones que solo buscan activar el sistema de recompensa cerebral
Nadie puede negar que estos recursos innovadores han favorecido, desde la desestigmatización de la sexualidad, la posibilidad de vivir nuevas experiencias, conocer gente y, por supuesto, tener la oportunidad de encontrar el amor auténtico. Sin embargo, el efecto Tinder nos dice que tales aplicaciones tienen un gran impacto en el cerebro.
La mente busca inconscientemente rostros y cuerpos atractivos. Esperamos el partido (alguien que, como nosotros, pasó directamente a nuestro perfil). Anhelamos nuevas notificaciones y fantaseamos con nuestra próxima cita. Tinder provoca hiperactividad en la región de procesamiento de recompensas del cerebro.
Experimentar un subidón de dopamina no está mal, esperar sentirlo a cada momento, eso sí. Nos vuelve adictos y nos roba horas y horas esperando nuevas notificaciones o conectando con nuevos socios potenciales.
Cansado de decepciones y experiencias fantasma
El efecto Tinder nos dice que cada vez son más los usuarios que se sienten agotados por tantas decepciones en sus citas. Es cierto que cerca del 50% de las coincidencias no desembocan en un mensaje para conectarse. Esto puede decepcionar, pero lo que más estresa a los usuarios son las citas fallidas y las experiencias fantasma(personas que desaparecen sin decir nada).
Ver a los usuarios como perfiles y no como personas
El amor en tiempos de Tinder se ha gamificado. Es decir, estamos convirtiendo la búsqueda de pareja en un juego tecnológico y esto, en ocasiones, deshumaniza el proceso hasta convertirlo en un marketing decepcionante. Darse de alta en una aplicación de citas significa convertirse en un perfil y no tanto en una persona.
Frecuentemente perdemos esos procesos y dimensiones que solo ocurren cara a cara. A veces podemos rechazar a alguien que haría una gran pareja solo porque sus fotos de perfil no nos atraen.
Por otro lado, el efecto Tinder nos dice que muchas veces alimentamos la idea de que tarde o temprano aparecerá la persona ideal, que siempre habrá alguien mejor. La necesidad de seguir buscando nos sitúa en una sobrecarga estresante de elección.
A menudo, los algoritmos de Tinder pueden hacer que nuestro emparejamiento no tenga éxito.
Estrategias para mejorar el uso de estas aplicaciones
A pesar de lo estresantes y decepcionantes que son las aplicaciones de citas, no es fácil dejar de usarlas. No todo el mundo se atreve a borrar su perfil. No lo hacen porque siempre existe ese resquicio, ese resorte mental que nos repite ese «quizás en la próxima cita».
Asimismo, podríamos sugerir que debemos buscar el amor en el universo físico y no tanto en el digital. Sin embargo, es difícil hacerlo cuando las personas pasan el día en línea y mirando la pantalla de nuestros móviles.
Entonces, si el efecto Tinder nos dice que el agobio y la decepción llegarán en algún momento… ¿Cómo podemos evitarlo? ¿Cómo hacer un buen uso de estos recursos? Vamos a verlo:
Consejos para usar Tinder sin sufrir efectos secundarios
Lo creas o no, el cerebro no está preparado para tener tantas opciones afectivo-sexuales. Veinte citas al mes pueden ser demasiado para cualquiera. Pase horas mirando perfiles también. Su salud mental lo agradecerá si reduce el tiempo que dedica a esta aplicación y la cantidad de reuniones que organiza.
- Tras una mala cita o una decepción, pasa un rato sin entrar en la app. No caigas en el efecto rebote ni en la relación liana, busca a alguien para olvidar esa mala experiencia. Lo mejor es dejar pasar unas semanas, conectarse con amigos y dejar de lado estas aplicaciones.
- Cuidado con los sesgos y las exigencias excesivas. Es cierto que nuestros ojos se van a los perfiles más atractivos. Sin embargo, no te obsesiones con buscar a la persona perfecta, encuentra personas reales que, más allá de su apariencia, puedan darte lo que más necesitas. Amor, respeto, complicidad y buenos momentos.
Para concluir, el universo de apps que buscan satisfacer nuestras necesidades afectivo-sexuales llegó para quedarse. Saber adaptarnos y, sobre todo, aprovecharlos para salvaguardar nuestra salud mental, es clave. Hagámoslo correctamente.
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