El efecto Homer Simpson: Olvidar recordar

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¿Alguna vez has tenido la sensación de que cuando aprendes algo nuevo, te olvidas de otras cosas? Este curioso fenómeno tiene un nombre: el efecto Homer Simpson.

 

Última actualización: 29 abril, 2022

El efecto Homer Simpson define un fenómeno neurológico fascinante: para aprender el cerebro necesita “hacer espacio”. Este mecanismo implica, en determinados casos, tener que eliminar parte del aprendizaje previo. Este proceso, descubierto en 2015, ya estaba descrito de forma icónica y divertida en la famosa serie creada por Matt Groening y que tuvo su lejano comienzo en 1989.

Fue en un episodio donde Homero le explicaba a Marge lo siguiente: “¿Recuerdas cuando tomé ese curso de enología en casa y olvidé cómo conducir? (…). Cada vez que aprendo algo nuevo, algunas cosas viejas desaparecen de mi cabeza”. Este comentario, tan divertido como descriptivo del propio carácter del personaje, resultó ser cierto y muy recurrente.

Ha sido un grupo de científicos de la Universidad de Glasgow, en Escocia, quienes han realizado este descubrimiento. Fue como resultado de una investigación sobre la memoria, combinada con imágenes de resonancia magnética, lo que nos permitió concluir con estos datos. A veces, el simple hecho de tratar de recordar algo hace que el cerebro lo olvide.

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Te explicamos a continuación este misterio tan curioso como familiar a la vez.

El efecto Homer Simpson significa que al «hacer espacio» para nuevos aprendizajes, olvidamos algunos hechos.

¿Qué es el efecto Homero Simpson?

Hay muchas teorías y mecanismos que explican por qué olvidamos ciertas cosas, como la hipótesis de la interferencia o la decadencia del olvido. Sin embargo, hay un fenómeno que es desconcertante. A veces, cuanto más tratamos de recordar algo, más inaccesible se vuelve. Es como una tela que se deshilacha en nuestras manos hasta convertirse en polvo.

El efecto Homer Simpson nos dice que, cuando aprendemos algo nuevo, el cerebro intenta encontrar un espacio y, para hacerlo, acaba borrando los aprendizajes anteriores. Ahora bien, este proceso de borrado se realiza únicamente cuando la información es muy similar. En otras palabras, lo que hacemos inconscientemente es mantener los datos y experiencias más nuevos y eliminar los antiguos.

Por lo tanto, cuando la mente intenta acceder a la información anterior, por mucho que intente recordar, esa capa se va desvaneciendo en el olvido porque el cerebro ya no la considera útil. Estamos ante un organismo que intenta ser eficiente y ágil y, por tanto, elige destruir el contenido que procesa como obsoleto para actualizarlo con otros más nuevos.

Desaprender para aprender, una cuestión de eficiencia

El efecto Homero nos recuerda que, como decía el propio personaje, cada vez que aprendemos algo nuevo, algunas cosas viejas desaparecen de la mente. Y es totalmente cierto. Fueron la Dra. Maria Wimber y sus colegas de la Universidad de Glasgow quienes, a través de un estudio, demostraron este mecanismo cerebral sofisticado pero básico.

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Lo que pasa es que cuando almacenamos información muy similar, siempre tendemos a mantener la más actualizada. Cada vez que tratamos de recordar esos datos más pasados, lo que hace el cerebro es enviar una señal inhibitoria a la corteza frontal. Lo que intenta entonces es suprimir esos recuerdos y evitar la recuperación. Cuanto más tratamos de recordar, más lo olvidamos.

Ahora bien, la pregunta que nos haremos ahora es ¿por qué? En realidad, estamos ante un mecanismo básico de supervivencia y eficiencia. Es desaprender para aprender mejor. Es integrar mejores aprendizajes, estrategias y experiencias para adaptarse de manera óptima y rápida al entorno. Descartar lo viejo para quedarnos con lo nuevo nos ayuda a ser más eficientes.

Si estás aprendiendo una nueva habilidad que tiene similitudes con otra aprendida anteriormente, tu cerebro terminará borrando aspectos de esta última para que puedas desempeñarte mejor.

El efecto Homer Simpson es un mecanismo de eficiencia que aplica nuestro cerebro.

Cuestionar lo que sabes también impulsa el efecto Homer Simpson

Todos, en algún momento, hemos sufrido el efecto Homer Simpson. Hay quienes, por ejemplo, aprenden a usar programas como Adobe FrameMaker de manera competente y luego no recuerdan muy bien cómo funciona Microsoft Word. Y hay quienes tienen dos grados y tres maestrías y aún así se les ha olvidado hacer una división o calcular el mínimo común múltiplo de dos fracciones.

El cerebro necesita ser hábil, rápido y competente en lo que necesita en su día a día. Lo que aprendimos hace mucho tiempo, si no nos sirve para el aquí y ahora, se desvanece. Las vías neuronales vinculadas a las habilidades anteriores pierden fuerza para dar paso a nuevas conexiones, nueva información y habilidades. Ese mecanismo de olvido es realmente útil.

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Por tanto, sería muy adecuado que fuéramos nosotros mismos los que promuevan, de vez en cuando, el efecto Homer Simpson en nuestras vidas. Mantenernos actualizados y cuestionar creencias, ciertas ideas y perspectivas puede permitirnos establecer información más válida y también útil. En un entorno cada vez más complejo, necesitamos establecer nuevas habilidades y enfoques innovadores.

Desaprender para aprender es un ejercicio de gran valor que debemos aplicar en algunas áreas de nuestra vida. Por eso, no debemos asustarnos si, de vez en cuando, la memoria falla. Puede ser que el cerebro nos esté haciendo un favor y, como dijo Homero, simplemente esté sacándonos de la cabeza “cosas viejas”.

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Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!

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