Aunque muchos piensen que no, los seres humanos somos grandes fans de la mentira/ficción. En muchos casos, preferimos una cómoda falsedad a una horrible verdad. Veamos algunas curiosidades sobre las mentiras y los mentirosos.
Última actualización: 12 de febrero de 2023
Podría decirse que ningún ser humano ha escapado a la mentira. Todos mentimos de vez en cuando y, así mismo, todos hemos sido engañados de vez en cuando. Se cree que la capacidad de mentir es una capacidad adquirida evolutivamente, ya que la vida de uno puede depender de la simulación, el camuflaje y otras habilidades asociadas.
Según una investigación realizada en 2018, las personas son capaces de detectar hasta el 54% de las mentiras. Si el interlocutor es muy conocido o se le presta especial atención, el porcentaje aumenta. En general, las mujeres son más hábiles para detectar mentiras, ya que tienden a reconocer mejor las emociones humanas.
Otro de los datos curiosos sobre la mentira es que los famosos «detectores de mentiras» nunca funcionan realmente al cien por cien. Si bien suelen ser efectivos con la persona promedio, también es posible que alguien se entrene para engañar al dispositivo y tener éxito. Veamos otras curiosidades sobre este tema.
«Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña».
-Adolfo Hitler-
Algunas curiosidades sobre las mentiras
Muchos piensan que los niños pequeños no saben la mentira, pero no es así. Se estima que un ser humano comienza a mentir alrededor de los 2 años. Al principio, los pequeños fantasean con la realidad, pero pronto aprenden que uno u otro engaño les puede reportar beneficios.
Los psicólogos han descubierto que es más fácil mentirse a uno mismo que a otros. Una persona común rara vez prueba la validez de sus propias ideas o creencias. En general, se dedica más bien a justificarlos. Esa es una de las razones por las que las personas a menudo terminan creyendo la mentira que les dijeron a los demás.
Se cree que una persona promedio recurre a mentir entre una y 10 veces al día.. Esto significa que se cuentan unas 365 mentiras al año y que una persona de 20 años habrá dicho unas 7.300 mentiras a lo largo de su vida. Evidentemente, en los más mentirosos esta cifra podría ser el doble o el triple.
mentiras y el cuerpo
Las huellas de la mentira permanecen en el cuerpo. La evidencia disponible apoya la idea de que cuando una persona miente se produce el efecto Pinocho. Consiste en que la punta de la nariz se pone un poco más roja. También es común que haya algo de picazón. Por eso, cuando alguien dice mentiras, lo más probable es que se toque la nariz.
Asimismo, hay un cambio en la temperatura de la cara que es más notorio en la esquina interna del ojo. Por supuesto, habría que tocar a alguien y tener un tacto muy desarrollado para notarlo. En cambio, hay una señal más evidente de mentira: tocarse el cuello como si le picase.
Si haces una pregunta cuya respuesta es “sí” o “no”, es posible detectar si una respuesta negativa es verdadera o falsa. La gente tiende a negar con la cabeza; cuando empiezan ese movimiento a la izquierda, puedes creerles.
Si la negación empieza por la derecha, están mintiendo. Es porque el cerebro procesa ese gesto en relación directa con el hemisferio al que corresponde. La izquierda recuerda, mientras que la derecha crea.
Más curiosidades sobre las mentiras
La ciencia ha descubierto que el cerebro de los que mienten con frecuencia es diferente al de las personas sinceras. Un estudio realizado en 2018 y publicado en The British Journal of Psychiatry encontró que Los mentirosos compulsivos tienen más materia blanca que gris en el lóbulo frontal del cerebro..
Muchas veces se piensa que es más fácil engañar a una persona honesta que a una mentirosa descarada. En realidad, ocurre lo contrario. Cuanto más sincero es alguien, mayor es su capacidad para detectar la falsedad en los demás.. Por el contrario, los mentirosos suelen tener una percepción débil de lo que es verdad y lo que es falso, por lo que pueden ser engañados más fácilmente.
Finalmente, hay que decir que la mentira es una de las armas fundamentales durante una guerra. Por algo se dice que la primera víctima de un enfrentamiento armado es la verdad. Por eso, cada vez que leas información sobre un bando en conflicto, duda al menos de la mitad de lo que te digan.
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