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¿Cómo influye el entorno físico en nuestro estado de ánimo? ¿Y en nuestros pensamientos? ¿Y cómo actuamos? ¡En este artículo te lo contamos!
Última actualización: 26 de noviembre de 2022
Rara vez las personas buscan las causas de su malestar emocional o psicológico en la configuración física del entorno.. Es más habitual empezar a buscar en las experiencias personales y en el mundo interior. Sin embargo, por mucho que lo ignoremos en nuestro análisis al hacer atribuciones, el espacio físico que nos rodea influye en cómo nos sentimos. En particular, la vivienda condiciona el comportamiento humano.
El área que se ocupa de estos aspectos es la psicología ambiental. Vale la pena aclarar que, Si bien la vivienda condiciona el comportamiento, esto no significa que lo determine. Es evidente que existen otros factores tan o incluso más importantes en este sentido.
Dicho lo anterior, lo cierto es que se ha encontrado un vínculo entre la agresividad en las relaciones familiares y los elementos físicos del hogar. También, entre el estado de ánimo y el espacio físico que consideramos nuestro. A ver que dicen los expertos.
“Tener menos cosas significa tener más espacio y más claridad mental. La luz y el orden ejercen una influencia sobre la mente. Deshacerse de los objetos que no se utilizan es una prioridad, y cambiar la disposición de los muebles en casa de vez en cuando es muy motivador y divertido.
-Raimón Samsó-
La vivienda influye en lo que pensamos y hacemos
Cuando se habla de la influencia de contexto es necesario hacerlo en tres dimensiones: entorno mental (creencias, valores, formación, información, etc.), entorno personal (familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, etc.) y entorno material (lugares donde vives o trabajo, barrio, ciudad, tecnología, automóvil, dotación del hogar, etc.).
Cada una de estas dimensiones tiene una gran influencia en el comportamiento. Sin embargo, lo habitual es que haya más conciencia sobre el entorno personal que sobre el mental y material. Este último suele pasar desapercibido, ya que corresponde al mundo de los objetos y se supone que estos no dicen nada o no interactúan dinámicamente con el individuo.
Si bien la forma en que se comportan las condiciones de la vivienda es un tema poco estudiado, ya existen suficientes datos para afirmar que se trata de un efecto significativo. En particular, se ha señalado que aspectos como la luz, el ruido, la cantidad de espacio personal disponible, la temperatura y la privacidad son aspectos que afectan tanto al estado de ánimo como a la relación con las demás personas con las que se convive.
Los efectos en la vida familiar.
Un trabajo pionero sobre cómo el hogar condiciona el comportamiento en la familia fue realizado por Herrenkohl & Herrenkohl a partir de la década de 1980. Una de las primeras investigaciones de estos expertos ya informó La influencia de las condiciones del hogar en la violencia de pareja y el maltrato infantil.
Un estudio realizado en América Latina, en 2011, encontraron una relación directa entre la habitabilidad de la vivienda y los patrones de convivencia familiar. Las malas condiciones generaron un estrés adicional que contribuyó al deterioro de los lazos familiares: hubo una mayor tendencia al comportamiento violento.
Los investigadores encontraron que cuanto más luz, menos ruido y menos hacinamiento, más armoniosas eran las relaciones familiares y viceversa. De la misma manera, descubrieron que mientras más armonía había en las familias, mayor era el interés por mantener la casa en condiciones agradables para todos.
qué cuenta
Se necesita más investigación para comprender en detalle la forma en que la vivienda condiciona el comportamiento individual y colectivo. Los datos disponibles hasta el momento indican que el factor económico no es determinante. En otras palabras, no es necesario tener mucho dinero para vivir en un espacio agradable.
Los expertos señalan que la luz y la cantidad de espacio disponible son elementos muy relevantes. Por la misma razón, aconsejan deshacerse periódicamente de los objetos que no se utilizan. Cuantos menos objetos haya, más fácil será crear una sensación agradable para quienes habitan una casa. La luz y las vistas desde la ventana se consideran incluso más importantes que la cantidad de espacio físico disponible.
Quienes viven en una casa que les resulta agradable y en la que pueden tener espacios privados demuestran que son personas que logran equilibrar sus emociones con mayor facilidad. También tienden a tener una perspectiva más optimista y una relación más amable con los demás. De los barrios y las calles hablaremos en otro momento.
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