Comportamiento materno: ¿qué es y cuál es su importancia?

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Las madres muestran una serie de conductas encaminadas a atender, cuidar y nutrir a sus bebés. Descubre los factores que provocan este comportamiento maternal, por qué es tan importante y en qué consisten.

Elena Sanz

Escrito y verificado por el psicólogo. Elena Sanz.

Última actualización: 21 de noviembre de 2022

El embarazo y el parto cambian la vida de una mujer. El bebé se convierte en el centro de atención, la máxima prioridad y su cuidado ocupa la mayor parte del tiempo. Este comportamiento maternal, que puede resultar exagerado y molesto para el resto del entorno, en realidad es el resultado de interesantes procesos que tienen lugar a nivel cerebral. Y es que, sí, la madre enamora a su bebé, pero está diseñada para ello.

No es de extrañar que en esta etapa de la vida una madre pueda descuidar el resto de sus roles (como trabajadora, esposa, amiga o mujer) en favor del cuidado de su pequeño. Sin embargo, no es una cuestión de voluntad o decisión, o al menos no sólo. Su organismo lo prepara para que esto sea así; Y lo que es más, Estos comportamientos también pueden aparecer en el padre y en otros adultos significativos del entorno del bebé. Veamos por qué.

¿Qué es el comportamiento materno?

El comportamiento materno abarca un conjunto de acciones encaminadas a garantizar la supervivencia y el bienestar del bebé; comportamientos que se inician desde el momento del nacimiento, y no sólo se dan en los humanos, sino también en el resto de los mamíferos placentarios. Así, estos patrones de comportamiento (cuya finalidad es nutrir y cuidar a la progenie) surgen para aumentar la viabilidad de la descendencia.

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Tengamos en cuenta que los bebés son totalmente dependientes de sus cuidadores. No podrían arreglárselas sin la atención, supervisión y ayuda de los adultos. Así, estos (principalmente la madre) ofrecen nutrición, seguridad, higiene y todo lo necesario no solo para sobrevivir sino también para desarrollarse plena y correctamente.

Para comprender mejor el concepto de conducta materna, pongamos algunos ejemplos:

  • Transporte del ternero de un lugar a otro.
  • Mantenlo cerca de tu propio cuerpo.
  • Alimentarla correctamente.
  • Haz contacto visual con ella con frecuencia.
  • Emite vocalizaciones y sonidos hacia ella para fomentar la comunicación.
  • Transferir las habilidades sociales necesarias.

Estos comportamientos son el resultado de una combinación de factores neurales, humorales y sensoriales; o, en otras palabras, son conductas motivadas que requieren la integración de estímulos externos con el estado neuroendocrino interno. Ocurren principalmente en la madre, pero también pueden ser exhibidos por el padre (comportamiento paterno) y otros adultos o parientes cercanos (comportamiento aloparental).

¿Por qué se produce el comportamiento maternal?

El comportamiento materno tiene una gran relevancia evolutiva, ya que permite que el bebé salga adelante gracias al establecimiento de un vínculo de apego. Para los cuidadores, el bebé y todo lo relacionado con él se vuelve mucho más llamativo, y es por ello que comienzan estas conductas de cuidado que, en el caso de los humanos, son duraderas y se prolongan durante años.

Ahora bien, ¿qué sucede internamente para que esto suceda? Hay investigaciones interesantes que arrojan luz al respecto:

El cerebro de la mujer cambia

Varias investigaciones han encontrado que el embarazo cambia el cerebro de una mujer de manera duradera. A través de imágenes de alta resolución obtenidas por resonancia magnética se pudo observar que el cerebro de mujeres que pasan por un embarazo evidencia una reducción en el volumen de la materia gris en ciertas áreas.

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Estos cambios morfológicos en el cerebro también parecen estar asociados con el vínculo materno. Eso es, cuanto mayores sean los cambios, mejor será la conexión madre-bebé.

El sistema de recompensas está activado.

Por otro lado, también se ha observado que la conducta materna está mediada por sistemas instintivos y primitivos como el sistema de recompensa cerebral. y es que el embarazo modifica este circuito cerebral de refuerzohaciendo que la madre se sienta más atraída por los estímulos provenientes del bebé.

El sistema de recompensa cerebral está relacionado con la motivación, el refuerzo y el placer. Así, mide qué estímulos nos resultan atractivos y qué tipo de comportamientos realizamos para obtener estas sensaciones placenteras. En el caso de las nuevas madres, se han observado reducciones volumétricas en esta área que se relacionan con una mayor activación del sistema ante los estímulos del bebé.

En suma, para las madres, su cría se convierte en el estímulo más importantellamativa y agradable, que favorece el acercamiento y el desarrollo de todas estas conductas de cuidado infantil.

Las hormonas juegan su papel.

Finalmente, no podemos ignorar el importante papel que juegan las hormonas. Y es que durante el embarazo se producen alteraciones que preparan a la mujer para ejercer este rol de cuidado. Específicamente, el apego de las madres al recién nacido parece estar relacionado positivamente con una aumento gradual durante el embarazo en la relación estradiol/progesterona.

La prolactina también contribuye a este fenómeno. Y es que se ha visto que tanto las madres como los padres fuertemente implicados mostraban mayores concentraciones de esta hormona. Algo que les lleva a estar más alertas y más positivos cuando el bebé llora.

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En definitiva, la conducta materna es fundamental para garantizar la supervivencia del bebé y establecer un apego que favorezca el correcto desarrollo físico, cognitivo, social y emocional. La naturaleza nos ha proporcionado medios y mecanismos para hacer realidad estos comportamientos. Por tanto, si vemos a una madre (oa un padre) totalmente absorta en el cuidado de sus hijos, entendamos los procesos por los que están pasando.

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