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Si el tiempo es el mismo para todos, ¿por qué percibimos su paso de manera diferente? Descubre cómo percibimos el tiempo en función de nuestras emociones y otros factores como la edad.
Última actualización: 19 de septiembre de 2022
¿Alguna vez te has preguntado si tus emociones o tu estado de ánimo influyen en cómo percibes el tiempo? Quizás cuando estás triste piensas que todo va más lento o cuando estás emocionado o divirtiéndote tienes la sensación de que el tiempo vuela… La verdad es que hay una realidad objetiva y que el tiempo pasa igual para todos. Lo que cambia es la percepción que tenemos de ese transcurrir de los días.
Ahora bien, esta cuestión es más compleja de lo que puede revelar un análisis superficial, ya que la percepción del tiempo cambia según cómo nos sintamos, la edad que tengamos y también las situaciones que vivamos. Profundicemos.
La percepción del tiempo según nuestras emociones
La percepción del tiempo es como un reloj interno dentro de nosotros. Y es algo muy útil, ya que el tiempo nos centra y nos ubica; Además, esta percepción también puede ayudarnos a identificar cómo nos sentimos (pero este tema lo veremos un poco más adelante).
John Wearden, profesor de la Universidad de Keele en el Reino Unido, ha estado trabajando en la percepción del tiempo durante más de treinta años, primero en animales y luego en humanos, y ha publicado más de 100 artículos sobre el tema.
Wearden afirma en una entrevista realizada para la Universitat Autònoma de Barcelona que la percepción del tiempo cambia según la edad y según lo que estemos haciendo. En relación a la edad, el profesor afirma que las personas mayores, en general, dicen que “el tiempo pasa más rápido a medida que envejeces”. Y dependiendo de lo que hagamos, nuestra percepción del tiempo también varía. Para tiempos cortos, usamos un reloj interno, pero para tiempos más largos, usamos influencias o factores externos para cuantificar el tiempo (por ejemplo, la distancia nos permite calcular el tiempo que se tarda en llegar a algún lugar).
Dependiendo de la edad, la percepción del tiempo cambia.
La percepción del tiempo según la edad y los hechos novedosos
Seguro que a veces llenas el día de momentos, de cosas que hacer (cosas buenas para ti) y esto te hace tener la percepción de que el tiempo pasa más rápido. Sobre todo cuando los momentos son novedosos.
Esto se nota especialmente en la infancia (cuando todo es nuevo y todo está por descubrir); en cambio, cuando seamos mayores, tal vez no haya tantos momentos memorables (en el sentido de «novedad»), pero siguen marcando nuestra percepción del tiempo.
Las emociones y el estado de ánimo influyen en la percepción del tiempo
No solo la edad o los momentos memorables influyen en cómo percibimos el tiempo. Esto también varía dependiendo de los siguientes parámetros:
- Las emociones.
- El estado de ánimo.
Pero antes de ver cómo nos impactan estos elementos, sepamos cuál es la percepción del tiempo si nos encontramos en un estado natural (y feliz).
¿Cómo percibimos el tiempo en un estado natural?
en los buenos tiempos en el que fluimos con la vida, el presente parece lento, pero placentero. Los días nos esparcen porque hacemos muchas cosas, pero las vivimos despacio (porque fluimos en el tiempo).
Así, si sentimos que estamos conectados con el momento actual (y al mismo tiempo relajados), es más probable que percibamos que el tiempo pasa muy lentamente.
El momento en que somos felices
Si no solo estamos en un estado «natural» o de flujo, sino que también estamos disfrutando, siendo felices y pasándolo muy bien, entonces el tiempo pasa volando. Y no nos detenemos a pensar, simplemente vivimos. Por eso tenemos la sensación de que el tiempo pasa volando, porque nos estamos divirtiendo.
En cambio, cuando estamos mal (o ante otras emociones), la percepción del tiempo cambia. ¿Cómo?
El miedo y la ansiedad y la percepción del tiempo.
Cuando tenemos miedo y tenemos miedo, todo parece largo; a saber, tenemos una percepción dilatada del tiempo. Esto nos pasa lentamente, porque tenemos miedo y nos quedamos “enganchados” a ese miedo, contando los minutos y las horas para que pase ese estado de malestar (y al fijar nuestra atención en el tiempo, se nos pasa más lento).
En cambio, cuando estamos emocionados, ansiosos o estresados, sentimos que el tiempo pasa más rápidoporque «tenemos muchas cosas que hacer y poco tiempo» (o al menos así lo sentimos).
Aburrimiento y tristeza: el tiempo pasa lento
Pero, ¿qué pasa cuando la emoción es otra? Por ejemplo, cuando estamos tristes o aburridos. Según el psicólogo Luis Muinho, la percepción del paso del tiempo puede ayudarnos a saber si una persona se encuentra en un estado depresivo (o subdepresivo).
En estos casos, cuando nos encontramos en un estado depresivo, triste (o aburrido), sucede algo curioso: el tiempo pasa muy lento cuando lo vivimos, pero muy rápido cuando lo recordamos. Así, percibimos que han pasado varios meses, aunque mientras los vivimos, transcurrieron exageradamente lentos.
Cuando nos aburrimos, estamos en un intenso estado de aburrimiento, tristes o deprimidos, el tiempo pasa lento, pero luego lo recordamos como si hubiera pasado muy rápido.
La percepción del tiempo: un buen indicador de nuestro estado emocional
La percepción del tiempo es un buen termómetro emocional que nos dice cómo estamos. Si se altera esta percepción, nuestras emociones también se alteran. Por tanto, puede ser un buen indicador en psicoterapia, por ejemplo, o en un proceso de autoconocimiento.
Si quieres saber cómo estás, pregúntate: ¿estoy en un ritmo forzado? ¿Haría las cosas más lentas? Si aprendemos a identificar nuestro propio ritmo o percepción del tiempo, podremos saber cuándo nuestras emociones están un poco alteradas.
“Lo que marca nuestra salud mental es nuestra relación con el tiempo”.
-Luis Muinho-
La percepción psicológica del tiempo depende de nuestro interés por lo que hacemos.
¿Cómo vivir el paso del tiempo de forma saludable?
Cada uno tiene su propio ritmo, su propio reloj interno y circunstancias que influyen en que perciba el tiempo como rápido o lento. Así, esta percepción del tiempo cambia (también a medida que crecemos), y es algo natural.
Sin embargo, aprende a vivir el momento presente y saborear el tiempo sin querer que se apresure o se detenga es bueno para nuestra salud mental.
La ansiedad es un exceso del futuro y la depresión, un exceso del pasado
En psicología se dice que la ansiedad es un exceso del futuro y la depresión es un exceso del pasado. Y que la salud mental es «tener bastante presente».
Por esta razón, recomendamos no anticipes demasiado el mañana porque podrías sufrir ansiedad y no quedarte instalado en un pasado que ya no existe (porque si la situación se intensifica, podrías entrar en un estado depresivo). Además, recuerda que la memoria modifica nuestros recuerdos y los idealiza.
“¿Amas la vida? Bueno, si amas la vida, no pierdas el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida.
-Benjamin Franklin-
No luches contra el paso del tiempo, aprende a fluir con él
En definitiva, si de verdad quieres vivir plenamente, y de forma serena, lo mejor es no intentar luchar contra el paso del tiempo. El tiempo pasa igual, nos guste o no (y por suerte, porque nos dice que estamos vivos); así que no te obsesiones con si te va lento o rápido, solo saboréalo.
Fluye con el tiempo y alíate con él; esta es la única manera de vivir plena y serenamente. En otras palabras:
«No cuentes los días, haz que los días cuenten».
-Muhammad Ali-
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