Las palabras importan. La forma en que los medios informan sobre temas como el suicidio o los trastornos mentales puede mejorar la conciencia o, por el contrario, aumentar el estigma. Estas son buenas prácticas que deben ser respetadas.
Última actualización: 14 de marzo de 2023
Cada vez hay más información sobre aspectos relacionados con la salud mental. Son muchos los famosos que hablan, de forma abierta y normalizada, de diferentes trastornos psicológicos. Asimismo, los medios de comunicación también buscan visibilizar realidades que, hasta ahora, permanecían en el cofre del silencio y el estigma.
Sin embargo, aunque este movimiento es esperanzador y necesario, hay un matiz relevante. La forma en que se presentan los datos es importante. Las palabras pueden ayudar o causar un daño mayor. En los últimos tiempos hemos sido testigos de cómo algunos medios caen —intencionadamente o no— en el sensacionalismo. Asimismo, cometen graves errores.
Una tendencia común es asociar hechos trágicos o violentos con trastornos mentales: “el agresor era esquizofrénico”, “la joven que se quitó la vida estaba deprimida”. Muchas de estas expresiones y frases no sólo pueden partir, en ocasiones, de información no contrastada, más bien dañan a quienes tienen un problema de salud mental.
Hay medios que, por su forma de presentar la información, refuerzan el estigma y la banalización.
La población lee diariamente noticias en las que los factores de salud mental pueden servir de concientización o crear sesgos al respecto.
Claves sobre cómo los medios deben informar sobre salud mental
Los medios de información y comunicación tienen un gran poder. Y como dicen, también una gran responsabilidad. Sus titulares, la forma en que nos presentan la información, articula ciertas claves sociales sobre cómo se concibe a veces a ciertos grupos de personas. La más recurrente es la vinculación de la criminalidad con los trastornos mentales.
Además, Si hay un sector de nuestra población que es vulnerable a la información que recibe a diario, son nuestros jóvenes.. Nadie puede negar, por ejemplo, que el número de niños y adolescentes que se suicidan ha aumentado en los últimos años. Este es un hecho que hay que informar, pero hay que tomar las palabras con el mayor cuidado posible para evitar el sensacionalismo y sustituirlo por el tan necesario efecto Papageno, es decir, promover la prevención.
Por otro lado, hay un hecho innegable. Los eventos relacionados con la salud mental suelen ser tratados como realidades excepcionales, cuando en realidad, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 4 personas tiene o tendrá en su vida un problema de salud mental. Es imperativo que sepamos informar y presentar las noticias sobre estas realidades.
Veamos estas claves, las que regulan los códigos éticos de la profesión periodística, los ministerios de asuntos sociales de cada gobierno y la propia OMS.
Las personas con esquizofrenia son las más estigmatizadas de nuestra sociedad. Con el tiempo se ha ido creando una imagen muy negativa, amenazadora e incluso violenta de ellos. Es un retrato claramente sesgado.
1. Evitar la perpetuación de prejuicios
Términos como «enfermo mental», «trastornado o loco», «esquizofrénico» o «psicótico» son conceptos estigmatizantes que descalifican a las personas. La imagen que se ofrece de estas condiciones suele ser perturbadora y, con ello, se inocula en la sociedad una idea totalmente distorsionada.
Es recomendable utilizar el término «problemas de salud mental» en lugar de enfermedad mental o enfermedad psiquiátrica. Además, siempre será más acertado recurrir a esta terminología en lugar de dar un diagnóstico apresurado. en la misma lineadebe evitarse acreditar un estado mental: depresivo, anoréxico, esquizofrénico, bipolar, psicótico, etc.
2. No a los titulares alarmistas
En la era del clickbait, es muy fácil recurrir a titulares alarmistas como medio para ganar visitantes. Esto, sin embargo, no debe hacerse a costa de la salud mental. En la medida de lo posible, es más adecuado referirse a los temas y noticias relacionados con este ámbito de forma contextualizada, evitando que sea el titular de la propia información.
3. Imágenes que refuerzan el estigma y no normalizan
Es habitual que las noticias sobre determinados colectivos con trastornos mentales vayan acompañadas de imágenes tristes, oscuras y desoladas. Vemos personas con la mirada perdida, pasivas, recluidas en escenarios desolados. Es obvio que no se elegirán retratos en los que aparezcan rebosantes de alegría y felicidad.
Sin embargo, habría que recurrir a imágenes más normalizadoras. Porque una persona con depresión también va a trabajar. Los pacientes con esquizofrenia que reciben tratamiento pueden llevar una vida plena en nuestra sociedad. Esas son las imágenes que debemos transmitir.
4. Cuidado con vincular la violencia con la salud mental
La forma en que los medios deben informar sobre salud mental debe ajustarse a las normas médicas y protocolos éticos periodísticos. Así, un hecho común es vincular los actos violentos con diversos trastornos psicológicos. Sin embargo, la investigación científica ofrece importantes matices al respecto.
Trabajos como los realizados en la Queen’s University insisten en un hecho. Los trastornos mentales no son causas necesarias ni suficientes para la conducta violenta. Esta última realidad es una combinación compleja de factores sociales, demográficos y económicos. No debemos caer en el reduccionismo.
Entonces, cuando se trata de cubrir noticias, los profesionales de los medios deben abordar las siguientes cuestiones:
- ¿Hay un diagnóstico claro? ¿Son fiables las fuentes?
- ¿Es relevante resaltar que la persona sufre un trastorno mental?
- ¿Se respeta la privacidad de la persona con trastorno mental?
Los medios de comunicación son el canal más relevante para ofrecer una visión precisa, real y científica de los problemas de salud mental. Además, gracias a ellos, se puede ofrecer esperanza y medios a quienes atraviesan una situación difícil.
5. Incrementar el conocimiento social y la visión positiva de la salud mental
La forma en que los medios de comunicación deben informar sobre salud mental debe partir siempre de fuentes confiables, científicas y especializadas. Es necesario que los medios de comunicación den voz a los profesionales de este campo, para educar a nuestra sociedad. Los datos contrastados y ajenos al sensacionalismo son los que realmente hacen florecer las conciencias.
Así mismo, hay otro factor muy necesario a cuidar. Debemos ofrecer una visión positiva, normalizadora y resiliente de los trastornos mentales. Podemos señalar, por ejemplo, que las tasas de autolesiones y trastornos alimentarios (TCA) han aumentado. Pero es importante señalar que existen mecanismos para hacerles frente.
También es posible informar la depresión de otra manera. Insistiendo en que no es sinónimo de debilidad, que no es algo aislado y que existen herramientas basadas en la ciencia para hacerle frente.
Normalizar ir al psicólogo y pedir ayuda es una forma de desactivar el estigma.
¿Cómo informar sobre el suicidio en los medios?
La incidencia de suicidios ha aumentado en todo el mundo. Es más, sabemos que por cada persona que se quita la vida, 20 lo han intentado. Asimismo, estudios como los publicados en The Lancet destacan cómo este hecho es especialmente grave entre la población más joven. A raíz de la pandemia, esta realidad se convirtió en un hecho urgente que debe ser atendido.
En relación a esto, cómo los medios deben informar sobre la salud mental es clave. Pueden ser útiles y agentes de cambio. Hay que cuidar al máximo la forma en que se exponen estos hechos, porque, como hemos indicado, cada palabra importa. Comprendamos ahora cuáles deberían ser esas estrategias.
Pilares del tratamiento mediático
Debes contar con el apoyo y asesoramiento de psicólogos y psiquiatras a la hora de informar de una noticia concreta.
- No hables de «epidemias de suicidio».
- Se debe difundir información sobre servicios de apoyo y teléfonos de contacto.
- No deben hacerse descripciones detalladas de los mecanismos utilizados para estos actos. Menos aún imágenes presentes.
- Evite comentarios espontáneos o reuniones de no especialistas. Es muy fácil caer en prejuicios inconscientemente.
- En general, los suicidios serán noticia sólo cuando se trate de personas conocidas o cuando estos hechos tengan algún interés general y justificado.
- Deben evitarse reduccionismos explicativos sobre por qué se ha elegido esta opción. (“Estaba en bancarrota”, “Tuve depresión”, “Me intimidaron…”). Cuando una persona elige quitarse la vida, no hay una única causa: estamos ante una realidad compleja y multifactorial.
- Los medios deberían promover el efecto Papageno. Es decir, las noticias deben estar enfocadas de manera que aporten la idea de que existen mecanismos de afrontamiento para prevenir estas situaciones. La información dada debe ser articulada de manera protectora y preventiva, nunca sensacionalista.
Conclusión
Sobre la cuestión de cómo deben informar los medios de comunicación sobre salud mental, la respuesta es sencilla: de forma ética, educativa y asesorada por profesionales en la materia. Del mismo modo, hay que destacar una vez más la gran relevancia que tienen los periodistas en el ejercicio de una conciencia positiva sobre estos temas.
Los medios de comunicación y las entidades sociales tienen que ser aliados para ofrecer noticias y datos sobre este tema, para que sea de ayuda. Evitemos, pues, banalizar, generalizar en exceso o caer en paternalismos inútiles. Todos somos sensibles a afrontar estas circunstancias; tener una sociedad educada y sensible a estas realidades beneficiará a cada uno de nosotros.
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