Sus decisiones sobre qué hacer con su dinero están impulsadas por varios mecanismos psicológicos. Te desvelamos aquellas trampas que te impiden ahorrar y te ofrecemos algunas estrategias para conseguirlo.
Última actualización: 15 de julio de 2023
Después de pagar las facturas de cada mes y lo que no puedes evitar, te queda una cierta cantidad de dinero. Y es probable que uno de tus propósitos sea reservar parte de ese dinero, aunque sea una pequeña cantidad. A veces, esa intención es difícil de completar, reduciendo sus posibilidades de hacer realidad los planes futuros y tener fondos en caso de un imprevisto o una emergencia.
En este sentido, te interesará saber que tu mente está dominada por ciertos impulsos que en ocasiones fomentan el gasto impulsivo. Las emociones y los sesgos cognitivos actúan como molestos enemigos que hacen que abuses de tu tarjeta de crédito.
La buena noticia es que estos son comportamientos que puede prevenir si comprende mejor sus motivadores. Ser consciente de esas trampas psicológicas que te impiden ahorrar te facilitará gestionar mejor tu economía y, con ello, mejorar tu patrimonio. En la siguiente lectura te revelamos estas claves.
El marketing de empresa apela a nuestras emociones para fomentar el comportamiento de compra a través de trampas psicológicas.
¿Cuáles son las trampas psicológicas que te impiden ahorrar?
A menudo tendemos a suponer que solo las personas con mayores ingresos tienen la capacidad de ahorrar. Sin embargo, trabajos como el publicado en la revista Más uno calificar esta idea. El hecho de percibir que uno tiene un salario adecuado —aunque no sea muy alto— también facilita un mejor manejo de las finanzas personales.
Esto nos muestra claramente que la psicología y el enfoque personal de cada uno es determinante en términos de ahorro. Están los que caen en el gasto excesivo, aunque tengan pocos recursos, y luego están las personalidades frugales; los que apenas gastan.
Conocer esas trampas que te impiden ahorrar sin duda te facilitará tener mejores herramientas para utilizar tu capital. Te los describimos.
1. La compra emocional
Tu estado de ánimo determina tu intención de compra. A veces, un mal día en el trabajo hace que vayas al centro comercial y termines comprando cosas que no necesitas. Pero el mero impulso de adquirirlos te proporciona un pequeño subidón de endorfinas y serotonina. Luego viene el arrepentimiento.
Algo similar sucede en los medios digitales. En un artículo de revista Fronteras en Psicología, se destaca como internet, los videos o imágenes a los que estamos expuestos apelan a nuestras emociones. Esta conexión e impacto psicoemocional también median este gasto económico desmesurado.
2. El efecto halo
Entre las trampas psicológicas que te impiden ahorrar, hay una en la que caemos la mayoría. El efecto halo es hacer una generalización errónea a partir de una sola acción o característica..
Este efecto puede crear en tu mente una percepción de recompensas falsas que llevan a un gasto desproporcionado, según el libro. Tu dinero y tu cerebro: por qué tomamos malas decisiones y cómo evitarlas según la neuroeconomía (2013). En el ámbito económico, se traduce en acciones como las siguientes:
- Como ahorraste mucho el mes pasado, este mes te das más licencias.
- Como ayer no comiste fuera, hoy te das un capricho y te compras una prenda.
- Como el electrodoméstico que necesitabas te costó menos, decides gastar la diferencia en la cena.
3. La trampa del costo irrecuperable
La falta de una adecuada educación financiera puede hacer que te equivoques. Nos pasa a todos. Sin embargo, hay personas que en algún momento llevan a comportamientos ilógicos en lo que a la toma de decisiones se refiere, tal y como apunta un artículo de Fronteras en Psicología. Un ejemplo de estos comportamientos es no querer asumir los fracasos cometidos en el ámbito económico.
La trampa del coste hundido es un comportamiento que aparece cuando no quieres ser consciente de una mala inversión y, además, no la corriges. Por ejemplo, pagar un seguro o una compañía de internet más cara y no asumirlo o solucionarlo. Este comportamiento se debe a una mezcla de orgullo, mecanismos de defensa o simple inacción.
4. La trampa de la contabilidad mental
¿Alguna vez has ganado la lotería? Si logra esto, es probable que se sienta impulsado a un comportamiento de compra y gasto excesivo. Una de las trampas psicológicas que te impiden ahorrar tiene que ver con el efecto de la contabilidad mental.
Esta trampa es que la gente le da un valor subjetivo al dinero basado en su origen; Por tanto, si una cantidad te llega con más facilidad o de forma inesperada, sueles gastarla antes.
Ganar dinero más fácilmente o recibirlo de forma inesperada como regalo o premio hace que, lejos de ahorrar esa cantidad, optemos por gastarla antes.
5. Aversión a la pérdida de oportunidades
Acabas de ver que ese móvil que tanto te gusta está en oferta. Este mes ya has hecho muchos gastos y te gustaría ahorrar un poco, pero ¿cómo vas a dejar pasar esa oportunidad? ¿Qué pasa si su precio sube en unas pocas semanas? La aversión a la pérdida de la oportunidad hace que caigas en la trampa de las compras precipitadas.
Investigaciones como la publicada en Fronteras en Psicología indican que esta característica no es un sesgo cognitivo. Es cierto que está impulsado por un factor emocional —¿cómo voy a dejar pasar esa oferta?—, pero lo cierto es que está más ligado a nuestra forma de procesar la información.
No nos damos cuenta de que es una trampa. El marketing es hábil para manipularnos y apela a la inmediatez ya nuestras emociones. Esto explica por qué las tiendas preparan determinadas estrategias psicológicas para favorecer nuestra intención de compra. Y lo más habitual es que mordamos el anzuelo.
6. Comparación social
Tu vecino acaba de comprar un auto nuevo. Tu compañera de trabajo se ha comprado un vestido que te fascina. En la última reunión con tu familia, tu hermano estaba hablando del último viaje que ha hecho. El medio social es ese escenario en el que cada uno expone sus adquisiciones y experiencias; esos con los que también sueñas de vez en cuando.
Otra de las trampas psicológicas que te impiden ahorrar tiene que ver con la comparación social. Muchas de tus compras se realizan para no ser menos que los demás y tener lo mismo que los demás. Son acciones que, en ocasiones, todos llevamos a cabo de forma inconsciente, condicionados por las modas y el contagio psicosocial.
Nuestras emociones condicionan nuestro impulso de compra, llevándonos a adquirir productos que no siempre necesitamos.
Estrategias que te permitirán ahorrar a largo plazo
Hay un libro muy interesante llamado Simple Wealth: The Practical Guide to Transform Your Relationship with Money and Live in Abundance (2021), de Holly Morphew, experta en finanzas. En esta obra nos dice que, para ahorrar hay que mejorar la mentalidad que tenemos sobre el dinero.
A veces, nuestra educación nos condiciona y nos hace ser más impulsivos y menos ahorradores. Veamos algunas estrategias básicas para mejorar la tendencia y ahorrar más a largo plazo:
- Cubre tus deudas.
- Evita las compras impulsivas.
- Establezca un límite de gasto en su tarjeta de crédito.
- Analiza tus gastos y elimina los innecesarios.
- Sea consciente de sus emociones antes de comprar.
- Acuerde con su familia un plan de gastos y ahorros.
- Aplica una mentalidad frugal: no consumas ni gastes más de lo necesario.
- Plan: establece la cantidad que quieres ahorrar (por ejemplo, el 20% de tu salario).
- Pagar en efectivo es una estrategia mental para tomar conciencia del uso de tu dinero.
- Sea consciente de las trampas psicológicas que le impiden ahorrar descritas aquí.
Además, ten siempre presente el componente motivacional. Visualiza lo que puedes lograr mañana si ahorras una pequeña cantidad cada mes. Esta estrategia puede ser un simple aliado mental para usar un poco menos tu tarjeta de crédito.
El ahorro, una conducta psicológica que puedes utilizar a tu favor
Para concluir, dado que nuestra situación actual es cada vez más compleja y variable, Nunca está de más desarrollar nuevas estrategias de ahorro para tener siempre a mano tu propio “colchón económico”. Y, aunque este comportamiento siempre se observa desde una perspectiva financiera, lo cierto es que está tamizado por variables psicológicas muy relevantes.
Conocerlos, poner a tu favor tus emociones, motivación y enfoque mental, te permitirá vivir mucho mejor. El ahorro, más que una virtud, es un comportamiento que todos podemos mejorar y promover. Empiece hoy.
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