11 términos psicológicos incorrectos que todavía usamos

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«Persona tóxica», «hormona del amor» o «terapia mente-cuerpo». Hay términos de la psicología popular que usamos con frecuencia, pero que en realidad carecen de evidencia científica. Los revisamos.

 

Última actualización: 27 enero, 2022

Este hecho puede sorprendernos, pero hay muchos términos incorrectos en psicología que seguimos usando. Hacen referencia a conceptos erróneos, neuromitos o términos pertenecientes a esa categoría que solemos llamar “pop science”. Es decir, expresiones del mundo psicológico popular que carecen de toda evidencia científica y referencias académicas.

Ideas como «el niño interior», «personas tóxicas» o «lavado de cerebro» son claros ejemplos de ese imaginario psicológico que se utiliza de forma arbitraria, pero carece de sustento válido. Así, es importante considerar que toda ciencia para ser rigurosa requiere claridad y veracidad y esto pasa cuidando el idioma. Por saber lo que decimos.

La psicología y la psiquiatría merecen transparencia y autenticidad. Al fin y al cabo, su finalidad es atender a la salud y el bienestar psíquico de las personas y ello exige no fomentar malentendidos. Tampoco promueve ideas incorrectas que pueden hacer que muchas personas busquen respuestas a sus problemas en auténticas pseudociencias, como la bioneuroemoción.

¿Cuáles son los términos psicológicos incorrectos más comunes?

Algunos señalan que la odisea de separar la ciencia de la pseudociencia es una empresa tan compleja como heroica. Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Emory, muestran que este hecho está muy presente en la psicología escolar. En el campo de la educación, ideas como «inteligencias múltiples» siguen siendo un tema muy controvertido.

Ahora bien, ¿qué hace que esta serie de ideas sesgadas, neuromitos o psicología pop sea tan popular entre la población? Lo cierto es que este conjunto de teorías dudosas y sin rigor científico son atractivo. El hecho de que, desde la biodescodificación, se nos diga que las enfermedades tienen un origen metafísico puede ser alentador para algunos.

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Es más, que alguien diga que la violencia o ciertos trastornos tienen su origen en un gen que nos predispone a ella, es tan reduccionista y simplista que facilita no pensar demasiado. Cuando en la ciencia, y más en la psicología, una realidad clínica está mediada por múltiples variables y no por un solo factor, como la genética.

La abundancia de términos en psicología ha llevado a las universidades de Atlanta, Georgia y Nueva York a hacer una lista de ellos. El objetivo no era otro que ofrecer información correcta para estudiantes e investigadores. Sin embargo, creemos que a todos nos sirve conocer estos conceptos inválidos, de esta manera será más complicado que nos confundan.

1. Antidepresivos

Esta es una de las faltas de ortografía más comunes en psicología. ¿Eso está mal? ¿Cómo puede ser? Más de uno se preguntará.

Lo cierto es que algo así como que un médico nos diga “te voy a recetar un antidepresivo” es una terminología que la ciencia considera incorrecta.

En un artículo de la Universidad de Nevada, la Universidad de Santa Bárbara y la Universidad de Bangor, se dice que esta etiqueta es engañosa. ¿La razón? No hay evidencia de que estos medicamentos resuelvan la depresión. No hacen que desaparezca; no son “anti-algo”.

Pueden mejorar el estado de ánimo, pero los trastornos del estado de ánimo en su mayoría requieren un enfoque psicológico. Por tanto, estamos ante fármacos como los tricíclicos, que actúan inhibiendo la recaptación de serotonina y, aunque esto nos hace sentir mejor, no es suficiente para que desaparezca la depresión.

2. Determinación genética

En psicología, debemos tener cuidado al señalar que ciertos trastornos tienen una determinación genética. Por ejemplo, esto es común en trastornos como la ansiedad o la depresión. No faltan las personas que señalan que “sufro depresión porque mi madre también la tuvo en su día”.

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Hoy en día, sólo la esquizofrenia es la que presenta una mayor tasa de determinación genética. Sin embargo, todos los problemas de salud mental están mediados por muchas más variables que los genes.

3. Trastorno de personalidad múltiple

El término «trastorno de personalidad múltiple» se usa con demasiada frecuencia; especialmente en las películas. Pero sin embargo, hace más de dos décadas que esta definición ha desaparecido, ahora hablamos de “trastorno de identidad disociativo”. Hasta la fecha no se ha visto ningún paciente que albergue dos o más personalidades de forma clara y bien desarrollada.

4. Terapias mente-cuerpo

Las terapias de mente y cuerpo utilizan enfoques como la relajación, la meditación, el reiki o la biorretroalimentación. Para la ciencia estos enfoques son erróneos porque asumen que la «mente» está materialmente separada del «cuerpo».. Ese enfoque dualista carece de sentido y respaldo científico.

5. Persona autista

Desafortunadamente, es una etiqueta común. No hay personas autistas, hay personas con autismo, es decir, hombres y mujeres que están dentro de un espectro.

6. Síndrome de Asperger

Entre los términos incorrectos en psicología que seguimos usando está el síndrome de Asperger. Hasta no hace mucho se consideraba un trastorno con entidad propia. Sin embargo, con la publicación del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) en 2013, este concepto fue eliminado y pasó a formar parte del trastorno del espectro autista (TEA).

Como hemos señalado, el autismo es una condición que forma parte de un espectro. Y en él hay personas con buenas habilidades verbales, con una autonomía normal y que solo muestran ciertos problemas en la interacción y cierta rigidez mental.

7. Lavado de cerebro

Esta expresión apareció durante la Guerra de Corea, popularizando la idea de que ciertas técnicas psicológicas pueden cambiar las creencias de una persona. Hoy en día, no hay evidencia de que el «lavado de cerebro» cambie nuestras ideologías, creencias, personalidad, etc..

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8. Desequilibrios químicos

La idea de que la depresión (u otros trastornos psicológicos) son el producto necesario de un desequilibrio químico es popular. Sin embargo, la evidencia no es clara a favor de esta idea. Las industrias farmacéuticas insisten en la presencia de estas alteraciones en los neurotransmisores para validar la necesidad de recurrir a fármacos.

9. El hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho

Actualmente, se asume la idea de que el hemisferio izquierdo es analítico y el derecho holístico. Uno es científico y el otro artístico. Sin embargo, este es solo otro neuromito. Ambos hemisferios están conectados por cientos de miles de axones y trabajan juntos en casi cualquier tarea.

10. detector de mentiras

¿Quién no ha oído hablar del detector de mentiras tan utilizado en algunos países? Pues este es otro de los términos incorrectos de la psicología, porque en realidad no “detecta mentiras”. Lo que mide es la excitación psicofisiológica, que podría mostrar en qué momento la persona aumenta su nerviosismo ante las preguntas que le hacen.

Por lo tanto, es necesario nombrarlo correctamente: polígrafo.

11. Oxitocina

Nos encanta el término: “molécula de amor”. Pero sin embargo, llamar a la oxitocina la molécula del amor es caer en el simplismo y el reduccionismo.

Este elemento, que actúa como hormona, tiene múltiples funciones. Además, hay estudios que nos dicen que la oxitocina mediaría en comportamientos violentos en las relaciones. Por ello, es recomendable ajustar un poco la visión que tenemos de este neurotransmisor.

Para concluir, como podemos ver, muchos de nosotros seguimos usando palabras y expresiones que pueden no ser científicas o válidas. No deja de ser un dato curioso que merece la pena tener en cuenta.

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Gracias por leer ojodesabio.com. ¡Hasta pronto!

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